miércoles, 21 de julio de 2010

Del Consumismo a la austeridad

 

Querien Vangal

Octubre / 2007


I. Consumo y consumismo


1. Desde el momento que el hombre necesita bienes para su subsistencia, salud, educación, vivienda, descanso, etc., hay que concluir que resulta imprescindible la producción y el consumo de los bienes que responden a las necesidades fundamentales de la persona humana. Sería ideal, por consiguiente, que todos los poseyeran según sus necesidades y conforme a la capacidad de cada uno, en orden a su desarrollo integral, de cuerpo y alma.


Por eso, en esa línea, el gran doctor de la lglesia Santo Tomás de Aquino, en el siglo XIII, enseñó que un mínimo de bienestar es necesario para practicar la virtud. En los últimos tiempos se ha dicho, en lenguaje más directo, que no se puede hablar de Dios a estómagos vacíos. En conclusión, digamos que hay un consumo de bienes materiales útiles e indispensables ya que se trata de medios necesarios para el bienestar material y espiritual de la persona humana.


2. El consumismo es otra cosa. Con la denominada sociedad industrial aparece la multiplicación y acumulación de bienes, con frecuencia innecesarios y superfluos, cuando no ordenados con frecuencia a la ostentación y obtención de determinado "status". Entonces la persona resulta esclava de las cosas, dominada por ellas. Nada le resulta suficiente, aparece insaciable y enredada en una conjunción, a veces hasta ridícula, de vanidad y codicia, con un asfixiante trasfondo materialista. En definitiva, el paroxismo del tener cosas ahoga al ser de la persona. Los "shopping centers" y los "free-shops" de los grandes aeropuertos podrían ser como los símbolos del consumismo contemporáneo. A veces hasta aparece un aspecto ridículo como es el ofrecido sobre todo por los denominados "nuevos ricos" a quienes el lenguaje popular graficó llamándolos "piojos resucitados".


3. A este consumismo empuja la propaganda que de mil maneras atrapa a la persona y a la familia, cautivas e indefensas frente a las presentaciones y "slogans" de aquélla. Así como desde hace un tiempo se imparten lecciones de "defensa personal", habría que propiciar la enseñanza del arte de "defenderse de la propaganda".


4. Añádase a los artilugios de la propaganda los oscuros manejos de los resortes de los mercados y de la producción que someten a la gente a consumos innecesarios y hasta nocivos a veces. Convengamos en que la influencia sutil y en ocasiones asfixiante de la propaganda es una fuerza tan irracional como poderosa.



II. Austeridad de vida


5. Ella es la actitud que constituye ante todo una réplica al materialismo que subyace en las bases del consumismo. Adelantemos que, para no entrar en detalles, entendemos "austeridad" y "sobriedad" de vida como términos equivalentes. Ambos llevan implícita la afirmación de que los valores materiales no son la razón de ser de la persona humana ni el objetivo último de su existencia; son expresiones del dominio del hombre sobre las cosas en lugar de ser su esclavo.


6. No se confunda la austeridad de vida con la actitud del avaro que acumula y esconde; el avaro es, por antonomasia, esclavo de lo material. La austeridad de vida se encuadra dentro de los límites de las cosas necesarias y realmente útiles, habida cuenta de las condiciones y circunstancias de vida de una persona o de una familia y su situación en la sociedad.


7. La austeridad de vida es una exigencia ética y una virtud cristiana. Como exigencia ética obliga preferentemente a quienes están al frente de la cosa pública en sus diversos niveles y a los que en el ámbito privado están situados en planos patronales o dirigenciales. Si más no sea porque lo contrario fácilmente suscita envidias, resquemores o desigualdades irritantes, y sospechas de corrupción...


8. Como virtud cristiana la austeridad de vida es forma y expresión del espíritu de pobreza que debe ser vivida aun en los estratos económicamente más elevados de la realidad social. No está de más recordar que dicho espíritu implica humildad y caridad. HUMILDAD porque comienza por reconocer que Dios es el único por sobre todas las cosas, pleno y supremo bien, y que los hombres son administradores de los bienes recibidos, cuya administración debe redundar en bien para los demás, sin dejar de tener especial atención de los más necesitados; por eso implica CARIDAD.


III. Egoísmo y amor


9. Si así se piensan las cosas no hay contradicción entre desarrollo, productividad, consumo y austeridad de vida. Sí hay frente a cualquier concepción o sistema que proclame que el egoísmo individual es el motor del progreso y del bien general. El denominado capitalismo salvaje está en esa línea, y sabemos bien cuántas y cuáles han sido y son sus consecuencias.


En un mensaje para la Jornada Mundial de la Paz, el Papa Juan Pablo II se expresó así: "En los países industrializados la gente está dominada hoy por el ansia frenética de poseer bienes materiales" (y en ciertas capas - añado yo - de la sociedad de países no desarrollados sucede lo mismo). "La sociedad de consumo pone todavía más de relieve la distancia que separa a ricos y pobres, y la afanosa búsqueda de bienestar impide ver las necesidades de los demás...La moderación y sencillez de vida deben llegar a ser los criterios de nuestra vida cristiana..." (NS).


10. Me permito agregar otra cita que viene a cuento; es de un ensayista francés - Patrice de Plunkett - quien acaba de escribir hace poco lo siguiente: "El materialismo marxista ha retrocedido fuera de nuestras miradas. Esta marea muy baja nos descubre una playa desierta... Librada a todos los vientos: es el materialismo occidental. Impulsados solamente por la obsesión del bienestar individual, su nada espiritual es una amenaza... No creemos más en nada, ni en nosotros, ni en nadie... El célebre 'modelo occidental' impone a los cinco continentes la más alta tecnología y la ética más baja. De esta manera... las grandes tradiciones morales de la humanidad corren el riesgo de desaparecer asfixiadas por nuestra nada, nuestro vacío... una nación se suicida si se esconde de las grandes fuerzas éticas y religiosas de su historia". Hasta aquí las palabras de Plunkett.


11. Si el crudo liberalismo económico hace dos siglos pudo ser denominado la "revolución del egoísmo", hoy parece evidente la necesidad de abandonar la idea de que el egoísmo es el pilar básico del orden social. Esa revolución debe ser reemplazada por la "revolución del amor", la cual exige la enseñanza y difusión de una verdadera y válida escala de valores en la sociedad, la austeridad de vida, el espíritu de servicio y de solidaridad frente a toda carencia, sea ésta de naturaleza material, psicológica o espiritual, la reducción del consumo superfluo y frívolo, la idolatría del dinero y del placer, la educación en la cultura del trabajo...Menuda tarea ésta! pero, qué sociedad distinta a la de hoy configuraría una "revolución del amor"!


IV. Conceptos finales


12. Para concretar algo más estas consideraciones me permito dirigir algunas palabras a determinados grupos de creyentes sinceros.


a) A los que tienen abundantes medios materiales les digo que vivan sin ostentación y con austeridad y sobriedad; que contribuyan a disminuir las urgencias de los más necesitados; que no guarden con avaricia sus bienes y ganancias sino que inviertan para el desarrollo y crecimiento de la economía nacional y la multiplicación de puestos de trabajo. Ello revertirá en bien de la sociedad.


b) A quienes tienen lo necesario, me atrevo a pedirles que "hagan, de la necesidad, virtud", es decir que vivan serenamente la austeridad, sin angustias ni ambiciones desmedidas y colaborando solidariamente con los que menos tienen.


c) A quienes han hecho promesa o voto de pobreza evangélica o quieren vivir su espíritu, les digo que lo hagan con gozo de corazón y sintiéndose liberados del peso de las cosas materiales para manifestar más ejemplarmente la existencia y el valor de las cosas espirituales y la supremacía del amor a Dios y al prójimo.


d) A los que nada tienen no es fácil en este orden de cosas decirles una palabra oportuna y útil. Sin embargo me atrevo a expresarles mi deseo de que no caigan en la amargura, el resentimiento o la desesperación, ni se nieguen a ningún esfuerzo solidario para mejorar esperanzadamente su situación.


Saber vivir

 

Cuando uno se plantea este tema, el de saber vivir, lo que también muchas veces llamamos como "vivir la vida", va a producir seguramente distintas reacciones y distintas maneras de entender esto. Para muchos vivir la vida será disfrutarla de cualquier manera y aprovechar todo lo que se pueda, ya que como decimos "la vida es corta" y hay que vivirla.


Mi reflexión en este caso viene recordando algo que leí hace ya mucho tiempo y que hacía referencia a que los seres humanos muchas veces en lugar de "dedicarnos a vivir", estamos pendientes de "vivir mejor que los otros", y eso quizás sea una de las causas que nos impidan conseguir la felicidad, o al menos vivir de manera "triste".


En la vida nos está pasando como en los deportes, todo es una continua competencia donde lo que importa es solamente el vencer al otro, el estar más adelante, estamos condicionados por el "exitismo".


En el deporte ya no vale un buen trabajo hecho, una "táctica" desarrollada, el esfuerzo con el que se han emprendido los encuentros, ya no se habla de hacer un buen juego, solidario, donde, en el caso de un equipo, cada uno aporta lo suyo y nos sentimos bien de haberlo hecho, de "haber dejado todo" todo como se dice, sino que vale, si salí más adelante que el rival, si le gané, si soy mejor que el otro en los resultados.


Quizás en el deporte, la frase de "lo importante es competir" ya no tenga sentido, lo malo es cuando esto lo trasladamos a la vida.


Cuando estamos más pendientes de vivir mejor que el vecino, y no de vivir bien, colmando nuestras expectativas y necesidades. No, tenemos que tener y ser más que el otro.


Cuando "envidiamos" lo que tiene el otro, y no disfrutamos en serio lo que tenemos nosotros.


Siempre estamos anhelando lo que no tenemos, o mejor dicho, lo que tiene o ha logrado el otro, y así nunca vamos a encontrar la felicidad, nunca sabremos vivir, creemos que nunca seremos felices porque siempre estamos pensando en lo que me falta, que muchas veces es lo que si tiene el otro, y no me doy cuenta de que puedo gozar y ser feliz con lo que tengo.


No sé si de verdad aspiramos a ser felices, o a llegar a la felicidad antes y por mejores caminos y resultados que los otros, entonces ya nos convertimos en "competidores" de la vida, donde no nos interesa tanto llegar a la meta, sino ser los mejores y más rápido que los demás, cuando en realidad en la vida interesa e importa que sepamos vivirla, valorando lo que tenemos y lograr nuestro desarrollo, logrando llegar a nuestras metas, y no tanto en comparación con los demás.


La verdadera felicidad consiste en saber disfrutar de lo que tenemos y no pasarnos la vida angustiados por lo que me falta, y el otro tiene, pensando que la mejor riqueza que tengo es justamente lo que tengo, lo que voy logrando con esfuerzo, sin compararme con los demás, y de esta manera sí llenarnos de felicidad y saber "vivir la vida".



Debemos actuar como verdaderos padres

Querien Vangal

Octubre / 2007

 

No entiendo porqué pensamos o suponemos que otro debe tener la responsabilidad de cuidar a nuestros hijos.  ¿Por qué si nosotros somos los que más los amamos, tratamos de eludir esa sublime responsabilidad?

Bueno, pero ¿por qué pasa eso?  Todos hablan del tema: funcionarios públicos, dueños de antros, miembros de ONG  y medios de comunicación se tiran la bolita unos a otros para encontrar culpables, cuando que la culpa no es más que de los padres.  La sociedad, de la que forman parte medular los padres de familia, es la culpable de la corrupción, sea esta del ámbito que sea, que nos flagela es grado sumo.

¿Pero en  dónde están los padres de éste menor que tomó más de  la cuenta?, ¿Quién lo recibe en su casa a esas  horas y en ese estado?, ¿Quién le dio el dinero  para entrar en el bar, para el alcohol y para el  soborno? , ¿Dónde están los padres que le dieron el carro a un menor que no es capaz de hacerse  responsable y maneja aunque esté tomado?  ¡Por  favor! En qué piensan los padres de esos jóvenes que salen de su casa a las 11 de la noche, habiendo  empezado a tomar desde en la tarde, durante el  partido de Tigres contra Rayados?  ¿Y qué están  pensando los padres de la jovencita de 16 ó 17 años,  que va a conseguir "rail" de regreso con la mamá de  fulanita, sin querer enterarse de que esa mamá ni siquiera está en la ciudad?   

Por qué queremos  pasarles la responsabilidad de decidir en manos de  quién ponen su vida si todavía no son capaces de  decidir de que color pintarse el pelo, hoy con rayitos, mañana mejor negro.

Por qué les damos permiso a nuestras hijas de irse a dormir después de la disco a casa de una amiga y cargamos la responsabilidad de llevarlas a los novios de 19 o  20 años quién sabe a qué hora y no sabemos ni cómo, pues puede ser que tome de más.

¿Por qué queremos creer que son maduros y responsables si nosotros
 mismos no lo somos?

Soslayamos los peligros por comodidad, nos hacemos los "buena onda", "es que yo sí le tengo confianza a mi hija". Lo que tenemos es miedo!!, flojera, no queremos actuar como padres.  Nuestros hijos no necesitan que seamos sus amigos... Ellos ya tienen un montón de amigos, de su edad. Nuestros hijos necesitan padres valientes y responsables, que pongan reglas y luego estén ahí para ver que se cumplan. 

¿Cómo va a depender la seguridad de mi hijo del barman de un antro, o del agente de tránsito, o del dueño de la disco si no cumple la ley y cierra a la hora que se le antoje o que más le convenga?   

Yo creo que debería haber una ley que obligar a los padres a ser verdaderamente responsables por el comportamiento de sus hijos-  Así como otra que obligue a los menores de edad a respetar la hora que los impongan sus padres.

¿De qué tenemos miedo, papás? ¿Por qué no podemos poner reglas?  ¿Por qué no podemos exigir que se cumplan?  Si los jóvenes no necesitaran guía, si no necesitaran límites, autoridad a quién respetar... no  existiríamos los padres.  Se nos encomendó una misión muy especial, la más grande: colaborar con Dios en la Creación y es a nosotros a quien se nos pedirá cuentas por nuestros hijos, no al dueño del bar, no al amigo de nuestro hijo que iba conduciendo borracho cuando chocaron, no al policía, no al maestro...¡a nadie más! 

Nunca, nadie podrá hacer que nuestros hijos regresen a casa a tiempo y a salvo, así como que tengan una conducta adecuada si nosotros no podemos hacerlo.  No existe ley, ni horario, ni funcionario capaz de hacer por nuestros hijos, lo que nosotros no queremos hacer;  actuar como padres.  

Es muy difícil, claro, oír de ellos "es que todos te tienen miedo, papá", pues no importa! No estamos en  campaña de elecciones para el papá más popular del año, ya cada quién tiene el padre que le tocó y sería estúpido poner en peligro la seguridad de nuestros hijos por quedar bien con sus amigos.   Es terriblemente injusto, además, que estén en peligro jóvenes que sí tienen reglas en su casa, que saben que al llegar, estarán esperándolos sus padres, desvelados pero contentos de saber que se divirtieron, y orgullosos de comprobar que van madurando y que actúan de acuerdo a lo que se les está tratando de inculcar:  Libertad con Responsabilidad. 

Es horrible oír de muertes de muchachos así, que han tenido la desgracia de toparse con esos otros jóvenes, hijos "Huérfanos" de padres "buena onda".  No estaría mal,  ganarnos el respeto de nuestros hijos, tomando las riendas de su vida, haciéndonos responsables de su hora de llegada, de lo que toman, de sus calificaciones, haciéndoles saber lo que esperamos de ellos y creando los medios para ayudarles en su lucha para conseguirlo.  Pongamos los pies en la tierra, seamos concientes...Los jóvenes lo único que necesitan, es que actuemos como padres.



¿De una nueva ética hacia un nuevo orden mundial?

 

Querien Vangal

Octubre / 2007

 

 

A veces lo damos por supuesto, pero si nos detuviésemos a reflexionar cada vez que observamos un avión en el cielo nos percataríamos que si vuela es por algo y que no va a pasarse todo el tiempo en medio de las nubes. O lo que es lo mismo, que si vuela es porque despegó de un lugar, porque tiene gasolina, porque alguien lo maneja por una ruta marcada y porque se dirige hacia un destino.

 

Algo parecido sucede cuando nos topamos con titulares de prensa que nos hablan de la igualdad entre los gorilas y los hombres, de los derechos de la naturaleza, de la conveniencia de la eutanasia, del derecho al aborto, de la tolerancia hacia todas las manifestaciones culturales y religiosas, de la relatividad de la verdad, etc. Los congresos, conferencias, programas de televisión y publicaciones que promueven ideas afines están a la orden del día. Cada vez es más frecuente encontrarnos con personas que defienden todo esto aun sin saber qué implica. Sí, vivimos viendo aviones y no nos detenemos a considerar de dónde salieron, qué ruta siguen y hacia dónde van.

 

Cuando finalizaron los grandes conflictos bélicos mundiales del siglo pasado (1ª y 2ª guerra mundial y la guerra fría), el mundo estaba ansioso de un cambio: pasar de un caos producido por el odio, la guerra y la muerte a uno de fraternidad, vida y paz. Los beneficios económicos de la globalización empezaban a ensanchar algunas carteras así que aprovechándose de la buena disposición, algunos grupos vieron la posibilidad de instaurar un nuevo orden mundial donde todo girara en torno a sus intereses aunque haciendo ver todas las "mejoras" como aparentes beneficios para la humanidad. Había que empezar por algún lado así que el plan de partida fue construir una nueva ética mundial, en relación con las normas y los valores, que fomentase una nueva visión del mundo que a ellos les favoreciesen. Infiltrados en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) comenzaron a promover su ideología organizando una serie de conferencias de carácter planetario donde se abordaban puntos neurálgicos que les ayudasen a producir ese cambio: la educación (Jomtien, 1990), la infancia (Nueva York, 1990), el medio ambiente (Río de Janeiro, 1992), los derechos humanos (Viena, 1993), la población (El Cairo, 1994), el desarrollo social (Copenhagen, 1995), la mujer (Beijing, 1995), el hábitat (Estambul, 1996) y la seguridad alimenticia (Roma, 1996).

 

Si bien toda esa serie de conferencias no logró de una vez su cometido, sí sembró la semilla necesaria para hacer surgir crédulos adeptos y ver nacer nuevas organizaciones focalizadas en la lucha por la implantación y aplicación de la nueva ideología. Sabían de dónde partir (imponer una nueva ética mundial) y a dónde querían llegar (a un nuevo orden mundial), pero el medio, las conferencias, no les había dado los frutos esperados, así que el paso más importante fue encontrar otra hoja ruta, otro instrumento.

 

La carta de la tierra es el vehículo utilizado para cumplir el fin que pretenden. En ella se agrupan todos los temas abordados durante las conferencias auspiciadas por la ONU, de 1990 a 1996, bajo tres puntos neurálgicos: nuevos derechos humanos, desarrollo sustentable y conservación del medio ambiente.

 

Uno de los puntos a favor que se han ganado los promotores del nuevo orden mundial es la confusión generada y la aceptación pasiva de gran parte de la humanidad. ¿Qué hay de malo en que se declaren nuevos derechos para el hombre? En todo caso sería más un beneficio con el cual nos veríamos favorecidos. ¿Qué inconvenientes hay en qué respetemos y promovamos las manifestaciones culturales y religiosas diversas a la nuestra? Sería intolerancia no respetarlas e imponerles nuestra verdad. ¿Qué problemas hay en la defensa de la naturaleza, en la equiparación de derechos respecto a los simios? En definitiva -piensan algunos- "aunque todo eso fuera malo, si a mí no me perjudica, pues me da lo mismo".

 

Utilizando un lenguaje ambiguo y sustituyendo unas palabras por otras se ha conseguido el desconcierto. Procedamos por puntos. Cuando en 1948 se aprobó la Declaración Universal de los Derechos Humanos se hacía sobre una base natural: la libertad del hombre y su dignidad inalienable. Esa declaración no era resultado de un consenso sino el fruto del reconocimiento (los derechos naturales no se fabrican, se reconocen y declaran). Cuando se habla de "nuevos derechos" en realidad se está haciendo referencia a más concesiones sin fundamento amparándose en presupuestos subjetivos y conveniencias arbitrarias. Entre esos "nuevos derechos" que se buscan están, por ejemplo, los así llamados reproductivos que no son otra cosa que permisos para matar abortando. ¿Pues no que todos los seres humanos eran iguales? ¿No que se estaba buscando un mundo de paz donde se proteja al más débil y de derechos para todos? ¿Que el ser humano, diminuto e indefenso, que se esconde en el seno femenino no tiene los mismos derechos que cualquier otro hombre? ¿Existe algún derecho a matar?

 

Respecto a las cultura es innegable reconocer los valores universales que muchas de ellas poseen (la amistad, la honestidad, el respeto a la autoridad, la constancia, etc.). Todas las culturas merecen respeto por la semilla de verdad que llevan. Sin embargo, no queda dicho que todas las manifestaciones propias sean dignas de él y mucho menos que debamos promoverlas y tolerarlas. ¿Estaría dispuesto a que se coman a su madre sólo porque en la cultura de los caníbales eso está bien visto? ¿Permitiría que apedrearan a su hija porque tuvo una relación fuera del matrimonio sólo porque esa es una manifestación de la cultura islámica? ¿Haría estallar a su esposa sólo porque en la cultura "X" inmolarse es una muestra de fe? ¿Está bien que maten a las niñas sólo porque en tal cultura prepondera el patriarcado o se pueden tener sólo cierto número de hijos? Las culturas no son iguales. Unas son más perfectas y otras son perfeccionables; unas son ricas y otras pueden enriquecerse. No es imponer el proponer la verdad a quienes aún no la conocen en plenitud. Al contrario, es un rasgo de solidaridad e interés por el hombre.

 

¿Y la defensa de la naturaleza? ¿No es de por sí buena? Ciertamente. Los hombres debemos un respeto a la integridad de la creación pues el dominio del hombre sobre los seres inanimados y los seres vivos no es absoluto; está regulado por el cuidado de la calidad de la vida del prójimo comprendidas las generaciones venideras. No obstante, los animales, las plantas y los seres inanimados están naturalmente destinados al bien común de la humanidad pasada, presente y futura, de ahí que sea legítimo servirse de ellos para el alimento y la confección de vestidos. Se puede amar a los animales pero no se puede desviar hacia ellos el afecto debido únicamente a los seres humanos. Es contrario a la dignidad humana hacer sufrir inútilmente a los animales y gastar sin necesidad sus vidas. Pero es igualmente indigno invertir en ellos sumas que deberían más bien remediar la miseria de los hombres. Es lícito domesticarlos para que ayuden al hombre en sus trabajos y en sus ocios. Los experimentos médicos y científicos en ellos son prácticas moralmente aceptables si se mantienen dentro de límites razonables y contribuyen a curar o salvar vidas humanas. El uso de los recursos minerales, vegetales y animales del universo no puede ser separado del respeto a las exigencias morales.

 

Cuando los propulsores del nuevo orden mundial hablan de respeto a la naturaleza quieren significar algo muy distinto a lo que en el párrafo anterior hemos expuesto. Con la carta de la tierra pretenden eliminar toda diferencia y valor ontológico entre la persona humana y la vida animal, vegetal y mineral. De esta manera valdría lo mismo la existencia de un ser humano que la de cualquier bestia; al "ser" iguales plantas y hombres, bien podría expropiarse la casa de los indígenas en pro de la conservación de tal espécimen vegetal. En el fondo, en el fondo se trata de reservar el mundo para que lo exploten sólo unos pocos; quiénes, aquellos que están difundiendo esta manera de pensar. Caben algunos interrogantes: ¿realmente vale lo mismo un ser racional, capaz de expresar afectos, sentimientos y emociones, que un animal o una planta sin inteligencia? ¿Es justo que mientras millones de seres humanos mueren de hambre cada año se prodigue de bienes y atenciones a animales a los que se podría atender correctamente con menos recursos y según su estatuto animal? Llama la atención que mientras hay quienes defiendan a capa y espada a los orangutanes y osos pandas, pocos se preocupen por aliviar las miserias de los que padecen hambre. Tampoco es que se trate ayudar a unos y dejar a los otros, no. Es un jerarquizar la ayuda dada y procurársela a ambos.

 

Aunque podríamos abundar más, con lo hasta aquí mencionado podemos formarnos una idea de las consecuencias negativas que ya se empiezan a constatar (y eso que aún el nuevo orden no está establecido). Esas consecuencias son especialmente visibles en áreas importantes para la moralidad de las personas y de las sociedades como la educación y la sanidad. ¿Expresiones concretas? Cambio en los contenidos de los planes educativos y en los libros de texto (adoctrinando en nuevas formas de "familia", hablando de género o rol en lugar de personas sexuadas, fomentando la promiscuidad), nuevos métodos en las tomas de decisiones políticas en los parlamentos, cámaras de diputados o senadores, donde ya no importa la verdad sino qué vota la mayoría; nuevas escalas de valores donde cada uno es la medida de sí mismo (relativismo moral), programas de salud que promueven la eutanasia, el aborto y el uso de anticonceptivos (e incluso los prescriben), campañas de esterilización sin conocimiento y consentimiento de las personas, reveses lingüísticos (progenitores en lugar de padres, de Verdad a mi verdad, de matrimonio a parejas de hecho…), etc.

 

Ante todo esto, ¿qué debemos hacer? La clave es la educación y la participación activa en la toma de decisiones. Aquí no hay lugar para la indiferencia pues de alguna u otra manera el hombre es el perjudicado. Debemos saber a quién elegimos para que nos gobierne, conocer su plan de gobierno, su ideología, lo que defenderá y promoverá; estudiar su trayectoria, con quién se ha relacionado, qué le mueve a servir y si es servir lo que realmente quiere. Hay que elegir bien el lugar donde se educa a la infancia pues lo que se le enseñe hoy será lo que vivirá el día de mañana. Hay que saber hablar con ella y formarnos para hacerlo con altura y competencia. Darle a conocer la verdad, que hay un punto de referencia y que en torno a él gira todo. Ayudarle a discernir entre el bien y el mal, a ser crítico con la información que recibe y serlo nosotros también. Crecer en la apreciación de los valores tradicionales que nos heredaron nuestros antepasados y estar abiertos al diálogo con nuestros mayores. Aprender, en definitiva, que todo avión en vuelo salió de un lugar, sigue un rumbo y se dirige hacia un destino… Y no perderlo de vista ni acostumbrarnos a verlos pasar.



Castración química para pederastas

 

Enrique Galván-Duque Tamborrel

Octubre / 2007

 

Leí en una revista de circulación internacional que el presidente francés Nicolás Sarkozy  anunció medidas más duras contra los pederastas, como la creación de un hospital especial para ellos, al que deberán ir obligatoriamente y aseguró que ninguno lo abandonará hasta que un comité de médicos dictamine que han sido curados.

 

Sarkozy también se mostró favorable a la castración química de los pederastas en una comparecencia ante la prensa tras una reunión con varios miembros del gobierno destinada a estudiar medidas contra ese tipo de delincuentes.

 

El gobierno se ha visto obligado a reaccionar, después de que un hombre condenado en tres ocasiones por abusos sexuales contra menores reincidiera con un niño de 5 años al que mantuvo secuestrado varias horas en Roubaix (noreste), hasta que la policía lo localizó y detuvo.

 

El jefe del estado analizó la situación con las ministras de Interior, Justicia y Sanidad y Juventud y luego, ante la prensa, desgranó algunas iniciativas que serán objeto de modificaciones legislativas.

 

En concreto, afirmó que los delincuentes sexuales sólo saldrán de prisión cuando hayan cumplido su pena, sin posibilidad de reducción, y tras un examen de su peligrosidad por un comité médico.

 

En el caso de que los facultativos consideren que es todavía peligroso, el individuo tendrá que ser internado en un hospital especial, cuya primera unidad será abierta en 2009 en Lyon.

 

Los que no acepten ser curados de sus impulsos sexuales durante su etapa en la prisión irán a ese centro hospitalario mientras se considere que son peligrosos.

 

Quienes sí admitan el tratamiento destinado a su curación podrán tener permisos para salir del hospital, pero siempre con un "brazalete electrónico" que haga posible su control por las autoridades.

 

El tratamiento será de tipo hormonal o "castración química", dijo Sarkozy, quien agregó que ese tipo de expresiones "no me dan miedo".  Consciente de la alarma social que genera ese tipo de agresiones y de que basó su campaña electoral en un discurso de tolerancia cero contra la delincuencia, Sarkozy empleó un lenguaje firme: "No se puede dejar en libertad a depredadores, a gentes que pueden matar y destrozar la vida de niños", dijo el presidente francés, quien anunció que el proyecto de ley con esas reformas será presentado en noviembre.

 

Las nuevas medidas anunciadas ayer tienen lugar después de que a finales de julio pasado el Parlamento francés aprobara definitivamente un proyecto de ley para endurecer las penas contra los delincuentes reincidentes, incluidos los menores de 16 años.  El proyecto establece también cuidados médicos obligatorios para delincuentes sexuales.

 

El hombre detenido en Roubaix por la agresión al menor, Francis Evrard, había sido condenado en 1975, 1985 y 1989 y en esta última ocasión lo fue a 27 años, pero cumplió solamente 18.  Había salido de la cárcel a principios de julio y cuando fue detenido en su poder tenía una caja de viagra, contra la impotencia sexual, recetada por un médico de la prisión de Caen que se ha presentado voluntariamente en una comisaría para asumir la responsabilidad y asegurar que ignoraba el historial penal del hombre.

 

El Colegio de Médicos francés ha subrayado que la ley establece que los facultativos de prisiones no tienen acceso al historial delictivo de los detenidos y que, también por privacidad, las instituciones penitenciarias no pueden conocer los informes médicos.  La ministra de Justicia, Rachida Dati, declaró que es "inaceptable" que alguien "se pueda esconder" con ese tipo de argumentos y ha declarado ahora que se cambiará la legislación en ese sentido, después de que en la ley aprobada en julio no fuera modificado.

 

Esta noticia obviamente me llamó mucho la atención porque trae a colación un problema latente en México –en realidad lo es en todo el mundo--, y considero que es ejemplo aleccionador.  Ya es hora de que los legisladores se pongan a trabajar en serio en este tema.

 



Aborto, una aberración legislativa

 

Antero Duks

Octubre / 2007

 

Una minoría ideologizada y carente de sentido común se impuso en la Asamblea Legislativa y pasó por encima de los derechos humanos del más indefenso de todos los seres humanos: el recién concebido.

 

Ignorando todo el reclamo social serio y bien fundamentado, los perredistas y priístas defendieron el "derecho" individualista de deshacerse de otra persona, siempre que esta indefensa persona (un bebé recién concebido) le estorbe a otra (su madre).

 

El aborto… ¿y el derecho a la vida?

 

Las consecuencias de la despenalización del aborto no tienen límite. Cualquier madre puede abortar o deshacerse de su bebé recién concebido en cualquier momento y por cualquier motivo. Es decir, una madre puede abortar si el bebé interfiere con sus proyectos personales.

 

Por lo anterior no es extraño que, por parte de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, se haya presentado una acción de inconstitucionalidad para defender a los bebés recién concebidos. Este recurso presenta argumentos que demuestran legalmente cómo La Constitución Mexicana valora y defiende el derecho a la vida como el principal de los derechos. Además, demuestra de forma clara que el Estado está obligado a otorgar protección y acceso a la salud de la madre y el hijo desde el momento de la gestación.

 

Los derechos de la mujer

 

Como hemos mostrado en este medio, hay intereses de fondo que se esconden bajo el argumento del derecho de la mujer para decidir lo que hace con su cuerpo. Sin embargo, quienes defienden este derecho no aplican el sentido común y no quieren reconocer que un recién concebido ya tiene toda la información genética que lo hace ser distinto a su madre, incluso hay ocasiones en que existe una manifestación tan evidente como es tener un tipo de sangre distinta lo cual comprueba, de manera fehaciente, que el nuevo ser humano no es parte del cuerpo de la mujer.

 

Nadie está en contra de que la mujer decida hacer con su cuerpo lo que mejor le convenga. De hecho miles de mujeres se hacen tatuajes y se colocan aditamentos de moda que lastiman su cuerpo y no hay nadie que les impida hacerlo y nadie se los impedirá. Por tanto, no se necesita una ley para "otorgarles" un derecho que ya tienen.

 

Un hecho que resalta es que quienes están a favor de esta ley y muy especialmente las feministas, evitan usar la palabra aborto sustituyéndola por "interrupción del embarazo", como si la forma de decir las cosas cambiara la realidad de las mismas.

 

El argumento de que quienes estén a favor de la vida están en contra de las mujeres, es total y absolutamente falso. A lo largo de nuestras investigaciones y reportajes, yoinfluyo.com ha demostrado que la mujer que ha abortado sufre daños físicos y psicológicos que son consecuencia y secuela del aborto. Esto daña a la mujer irremediablemente y para toda su vida. Por ello, estar a favor de la vida, incluye también estar a favor de la mujer.

 

Que se calle la CNDH

 

Una vez que se aprobó la despenalización del aborto, la CNDH interpuso un recurso de inconstitucionalidad, lo cual provocó críticas de diversos medios hacia su Presidente. Una de las críticas más recurrentes es el hecho de que el Dr. Soberanes profesa la religión católica.

 

Recordemos que en este país más del 80% de los mexicanos se confiesa católico. Es por ello que decenas de miles de funcionarios de cualquier partido, en cualquier nivel e instancia de gobierno son católicos. No solo eso, más del 99% de la población practica alguna religión cuyos principios están claramente en contra del aborto.

 

México es un país con una cultura riquísima que radica en las personas, los mexicanos. El Estado es solo la forma de organizarnos y plasmar las reglas de convivencia. Por ello es una verdadera necedad por parte de algunos, eliminar de un plumazo (o una ley), lo que somos. Al final no habrá ni ley ni imposición desde el Estado que borre nuestra conciencia o nuestros principios, y mucho menos se podrá ignorar la naturaleza humana que está impresa en el DNA, es decir, en cada una de las células que forman parte de nosotros.

 

La religión... condena o defensa hacia el ser humano

 

Es incomprensible que algunos se nieguen a reconocer que los valores que se inculcan a través de la religión son los que garantizan la convivencia respetuosa, solidaria e impregnada de valores entre las personas.

 

Los líderes religiosos, en este caso los católicos, han realizado un llamado constante y contundente a respetar los derechos del ser humano, y van más allá con el llamado a amar a los enemigos.

 

Ninguna ley, por perfecta que sea, será tan clara como el descubrimiento de que todos somos iguales ante los ojos de un mismo creador y que, por lo mismo, tenemos igual dignidad a la edad que sea, en las circunstancias que sean, con la nacionalidad o condición que sea.

 

Es la religión la que hace el llamado a ser solidarios, a ver por los pobres a ayudar al que más lo necesita. En lugar de discriminar y hacer de un lado la religión, deberíamos darnos cuenta todos, y muy especialmente quienes de forma anacrónica hablan de derecha o ultra derecha remontándose al pasado (las cruzadas y la inquisición), de la trascendencia de los valores que históricamente han postulado, defendido y difundido aquellos hombres apegados a la religión. Se ha protegido, de manera muy particular, el primero y más radical de los derechos humanos: el derecho a la vida.

 

Hay quienes tienen miedo de decir que son católicos y que por lo mismo no estudian ni conocen a fondo su religión y los valores universales que esta difunde. Por ello ignoran la gran aportación que la Doctrina de la Iglesia hace a la civilización. Desafortunadamente algunas personas, especialmente las deseosas de escándalos y notas que aumenten el raiting, se quedan con los accidentes de los que, siendo seres humanos como nosotros, caen en la pederastia o se convierten en mal testimonio de vida sin que ello sea la regla ni el común denominador.

 

 

Testimonio y congruencia, el camino a seguir

 

Para muchos, ser verdaderos católicos es un estorbo a su individualismo, porque el llamado que hace la iglesia a los hombres de buena voluntad es a dejar a un lado el egoísmo personal, los intereses particulares, para ver por los demás. La religión nos lleva a hacer vida los valores, no solo a leerlos y proclamarlos.

 

Hoy hacen falta testimonios, hacen falta llamados desde la conciencia de cada uno de nosotros a defender lo que somos, a decir "basta a las ofensas constantes y cotidianas de las minorías ateas que pretenden imponer el reinado de la apatía, del individualismo, de la intolerancia y pretenden que todos seamos como ellos".

 

Hemos de darnos cuenta de que somos muchísimos más los que profesamos una religión cristiana y que debemos exigir que se legisle con los principios universales que son comunes al ser humano. Nosotros asumiremos el compromiso de conocer más a fondo esos principios, y así, los divulgaremos y convenceremos con la fuerza de la razón a todos los demás mexicanos para que tengamos un Estado separado de la Iglesia, pero con instituciones y leyes que respeten la naturaleza humana y que representen lo que somos, un México que profesa su Fe y hace de esa fortaleza la gran diferencia en el entorno global.

 

 


12 de Octubre

Querien Vangal

Octubre / 2007

 

Recuerdo bien cuando un día 12 de octubre me llamó por teléfono un amigo zaragozano, que desde hacía un par de meses trabajaba en Santiago de Chile, aprovechado el día de la conmemoración del descubrimiento de América. Su llamada era para hacerme ver que vivíamos en la mayor de las ingratitudes con la Madre Patria, a lo que le respondí, que cuando nosotros viajábamos a la "Madre Patria", nos sentíamos huérfanos.

En efecto, lo que a él le había sucedido ese día, era no encontrar en Santiago templos marianos dedicados a la Virgen del Pilar, y cuando había salido a la calle, se había enfrentado a una marcha indígena que protestaba indignada contra la estadía española en estas tierras durante la colonia.
Por tanto, un día en la cual había que celebrar el "Día de la Raza", en otras palabras, la unión de las razas, y agradecer a la Virgen del Pilar por ese suceso, se transformaba en un día xenofóbico.

Es así, como este día debe ser visto sin ningún ánimo de soberbia, no eran mejor los españoles que vinieron junto a Colón, ya que por lo que sabemos, no era requisito para viajar el haber tenido una vida en rectitud, tampoco eran peores los nativos que vivían al abandono de la Providencia.
Cuando la expedición de Colón zarpo desde las costas españolas a destino desconocido, sucedieron cosas que ellos nunca imaginaron, dónde llegarían ni qué día llegarían, menos la transformación de un continente ni la trascendencia que este hecho tendría a futuro.

Pero Dios sabía bien de sus planes, por muchos centenares de años, Él había permitido que un número muy grande de sus hijos, se mantuviera al margen de la civilización europea, sólo Él sabe por qué y para qué, pero queriendo Él lo mejor para sus hijos, dispuso cuándo era el tiempo del contacto formal entre hijos de distintos orígenes.

Hubo un tiempo en el mundo en el que Dios se dirigía a sus hijos, sin que estos estuvieran guiados por otros hombres, convencidos de lo que dicen y hacen es lo correcto, un mundo sin filosofías o doctrinas tan bien preparadas, sin preceptos que obligaran al ser humano a actuar de una determinada forma.
Dios entregaba a sus hijos su Providencia, ellos sentían la necesidad de tener un contacto con el creador de una forma muy espiritual. Dios no abandona nunca a sus hijos.

En China, unas 15 veces más de la población que habita España, o unas 60 veces de la población que hay en Chile, viven hombres que nada saben de Cristo; sumémosle ahora hombres de otras regiones... son millones que no saben la historia del pueblo de Dios. Quizás, aún a muchos les gustaría vivir más abandonados a la voluntad de Dios que exigidos por la voluntad del hombre que habla de Dios y castiga a la sociedad como hombre.
Si nos fijamos en Maria, la madre de Dios, encontraremos a nuestra Madre que vivió para responder al Ángel, Hágase en mí según tu palabra [Lc 1,38].

No podemos reconocer otra cosa, Ella, vivió al sencillo abandono del alma, a la voluntad de Dios, con una inigualable disposición, admirable desde todo punto de vista; en pocas palabras, sencillas y sin ser rebuscadas, ni adornadas se resumen en estas palabras especiales: Fiat mihi. No es otra palabra que la que Jesucristo nos pidió tantas veces, y la que nos dejo en la oración al Padre: "Hágase tu voluntad".

Dios sabiendo nuestras necesidades, nos pide un corazón dispuesto y una expresión amorosa en los labios, "hágase tu voluntad" y María nos ha enseñado cómo se dice y se hace, haciéndonos ver que en Ella, es solamente la voluntad de Dios la que mueve su corazón.

Seguramente, en las soledades del mar, entre bonanzas y tormentas, hubo oración entre los marineros de las tres naves que viajaban hacia los desconocido, sintiéndose tal vez abandonados, le pidieron a la Madre su protección, como es lógico, ellos sabían que en el pilar de sus fe, estaba la Virgen Reina y Madre, como del mismo modo, en el mástil principal de su nave, sostenía el velamen que les permitiría llegar a algún lugar.

No se ha sabido que la Virgen desoiga a su hijos, si se sabe que ella no atiende sus súplicas, así fue, que ella quiso que en su día, el día 12 de octubre de 1492, las tres carabelas de Cristóbal Colon avistaran las desconocidas tierras de América, allende (fuera del) del océano Atlántico. Mientras los devotos de la Virgen del Pilar cantaban alabanzas a la Madre de Dios en su santuario de Zaragoza, muy lejos, en el silencio, donde sólo se oían ruidos de la naturaleza, un grupo de bravos marinos, hacía alabanzas por haber llegado a un destino, ¿dónde estaremos? se habrán preguntado, bajo el manto protector de la Virgen se habrán respondido algunos. Había llegado donde el hombre vivía a la voluntad de Dios. Ellos no sabían ni de Elías, ni de Job, ni Jonás, ni de Isaías, no sabían de que hubo un pueblo crucificó al Hijo de Dios y que no creyeron en Él. ¿Estaban condenados por eso?

Cuando Colón salió del Puerto de Palos, no salió con la idea de venir a evangelizar, pero como cristiano, al ver un pueblo que desconocía la fe y que vivía sumida al paganismo, debe haber recibido la inspiración de la necesidad de hacerlo. Del mismo modo, cuando algo mas de 1400 años atrás por entonces (40 AD), el Apóstol Santiago el Mayor, hermano de san Juan e hijo de Zebedeo, vino a predicar a España, debe haber sentido la necesidad de dar a conocer los evangelios a unas tierras se encontraban atadas al paganismo. Santiago obtuvo la bendición de la Santísima Virgen para su misión. Se sabe que Santiago, "pasando por Asturias, llegó con sus nuevos discípulos a través de Galicia y de Castilla, hasta Aragón, el territorio que se llamaba Celtiberia, donde está situada la ciudad de Zaragoza, en las riberas del Ebro. Allí predicó Santiago muchos días y, entre los muchos convertidos eligió como acompañantes a ocho hombres, con los cuales trataba de día del reino de Dios, y por la noche, recorría las riberas para tomar algún descanso.

Fue en una noche de enero, siendo el año 40, cuando Santiago descansando con sus discípulos junto al río Ebro, "oyó voces de ángeles que cantaban Ave, María, gratia plena y vio aparecer a la Virgen Madre de Cristo, de pie sobre un pilar de mármol. La Virgen María, le pidió al Apóstol que se le construyese allí una templo, en el un altar en torno a un pilar donde estaba de pie y prometió que permanecerá este sitio hasta el fin de los tiempos para que la virtud de Dios obre maravillas y prodigios por su intercesión con aquellos que en sus necesidades suplique su ayuda y patrocinio. Así fue, como esta fue la primera iglesia dedicada en honor a la Virgen Santísima.

Numerosos milagros le son atribuido a la Virgen del Pilar, es así, como en 1438 se escribió un Libro de milagros atribuidos a la Virgen del Pilar, que contribuyó al fomento de la devoción hasta el punto de que, el rey Fernando el católico dijo: "creemos que ninguno de los católicos de occidente ignora que en la ciudad de Zaragoza hay un templo de admirable devoción sagrada y antiquísima, dedicado a la Sta. y Purísima Virgen y Madre de Dios, Sta. María del Pilar, que resplandece con innumerables y continuos milagros."

Y aquí vino Maria a estas tierras americanas, para hacer uno de sus mayores milagros, y este es la advocación a la Virgen que hay hoy en este continente. Por que el Señor así me lo ha permitido, he recorrido este bellísimo y mariano continente, en México, siempre lindo, he visto la devoción a Nuestra Señora de Guadalupe, en mi hermana Argentina, me encontré con la Virgen del Lujan, pasando por la grandeza de Bolivia con Nuestra Señora de Copacabana, luego en la calidez de Brasil con Nuestra Sra. Aparecida, por el norte en Canadá, con  Notre Dam du Cap, aquí en Chile con su Virgen Patrona de la Nación, la Virgen del Carmen, por la querida Colombia, Nuestra Señora de Chiquinquirá, por mi inolvidable Costa Rica, con  Nuestra Señora de los Ángeles, de la hermosita Cuba, que aún no he ido, he sabido de Virgen de la Caridad del Cobre, en el bello Ecuador, supe de Nuestra Señora del Quinche, en los Estados Unidos de Norte América, la Inmaculada Concepción, en la noble Guatemala Santa María del Rosario, en el buen Haití, Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, en la hermosa Honduras, Nuestra Señora de Suyapa, en la dulce Nicaragua La Inmaculada Concepción de El Viejo  (La Purísima), en la inolvidable Panamá, Santa María de la Antigua, por el agradable Paraguay,  Nuestra  Señora de los Milagros de Caacupé y en mi hermano Perú, Nuestra. Señora de la Merced. Bellas nota de Puerto Rico, me han hecho saber de Nuestra Señora de la Divina Providencia, de mis hermanos de la República Dominicana  Nuestra Señora de la Altagracia, de mis amigos del San Salvador  Nuestra Señora de la Paz. Gratos recuerdo de Uruguay de hace unos cuatro años atrás que pasé por allí, de Nuestra Señora de de los Treinta y Tres, y mi inolvidable pasada por Venezuela en el año 74 de Nuestra Señora de Coromoto.

A muchos latinos, no nos agrada oír lo del "Día de la Raza", preferimos el concepto del "Día de la Hispanidad". A Zacarías de Vizcarra Arana (1880-1963), Obispo católico español, se le atribuye este concepto y ser el primer ideólogo de la "Hispanidad". Pero como hay quien aún la utiliza, esto produce algunos conflictos, como el que se encontró mi amigo del inicio de este relato. En Efecto, nos suena como cosa absurda hablar de del día de la raza, porque vemos un conglomerado de pueblos integrados por individuos de muy diversos linajes, casta, familias y razas, los hay blancos, europeos, negro, amarillos, mestizos, indígenas incas, aimaras, quechuas, mapuches, guaraníes, aztecas, ¿Y que?, ¿alguna diferencia hay de estos hijos para Dios?, ni siquiera los habitantes de España y Portugal pertenecen a una sola raza, donde viven pueblos de las más diversas procedencias, a los cuales aún los historiadores no han sido capaces de señalar cual son con exactitud, en especial luego con la llegada de los fenicios, cartagineses, griegos, romanos, godos, suevos, árabes, africanos, y muchos más. Por eso hablar de la raza, produce en el corazón una expresión de ironía, en especial si quien lo hace es ario

Esta es el Gran Prodigio de la Virgen del Pilar, la unión de los pueblos en un mismo lenguaje, y en una misma fe. Ella en su día ha reunido a todos sus hijos mirándolo por igual, como la ha pedido su Hijo Jesús, "Ámense como yo les he amado", sin diferenciar de cómo es cada uno.

No me corresponde juzgar los hechos de los hombres desde el descubrimiento del continente hasta hoy, eso es privilegio de Dios. Lo que hicieron y no hicieron esos españoles que vinieron y esos que por esta tierras vivían, no son "esos", son nuestros ascendentes, en efecto, el que vino de la península formo familia y esa familia vive aquí, "esos", son nuestros abuelos, o nuestros padres. A ellos nuestra gratitud por la cultura, el idioma y las tradiciones, por la música de la quena y el charango, la guitarra y las castañuelas.

Mi Amigo, no encontró un templo dedicado a la Virgen del Pilar, como ya lo relate antes, aquí se llama de diversas formas, pero es la misma Madre de Dios, a ella todo el Mérito, todo el agradecimiento por venir a América a protegernos con su manto.





viernes, 9 de julio de 2010

Y tú ¿dónde vas?

 

 

Querien Vangal

Sept./2007

 

¿Dónde vas? Increíblemente, después de una vida junto a Jesús y Su Madre, Pedro necesitó de este empujón final del Señor para animarse a invertir sus pasos, y volver a Roma para entregarse al martirio final. ¿Dónde ibas, Pedro? ¿Que hubiera sido de tu vida luego, si Jesús no te hubiera marcado el camino? Pedro, la cabeza de nuestra amada iglesia, nos mostró siempre cómo se lucha contra nuestras propias flaquezas para finalmente triunfar y glorificar a Dios, haciendo Su Voluntad.

Y tú, ¿dónde vas? ¡Seguramente al lugar equivocado!

Buscamos y buscamos satisfacciones en este mundo. Soñamos con algo, y cuando lo alcanzamos, la alegría dura un instante y nuevamente nos sentimos vacíos. Sea un título, un bien material, conocer un lugar, e incluso un hijo o una pareja. Cuando esas cosas están en nuestros sueños nos motivan e impulsan para adelante. Pero cuando finalmente las alcanzamos sentimos una felicidad pasajera, y luego, a buscar otra meta para perseguir. ¡Y eso en el mejor de los casos! Cuando esos sueños no se hacen realidad, nos frustramos, deprimimos, nos sentimos vacíos, fracasados en la vida.

¿Dónde vamos? Alguien me preguntó hace poco tiempo: ¿Te llena Dios realmente la vida cuando lo descubres? ¡Allí está el secreto! Nada tiene sentido sin Dios, sólo Dios le pone sentido a nuestra vida. El detiene nuestra carrera, nuestra búsqueda desenfrenada, y nos dice:

Yo soy a quien estabas buscando, sin Mi nada tiene sentido. Ámame, descubre cual es Mi Voluntad respecto de tu misión en la vida, y encontrarás la paz verdadera.

En ese momento se acaban las fantasías terrenales, los falsos ídolos que construimos y adoramos: el dinero, el estatus, nuestra posición en la sociedad, nuestra forma de vida. Jesús toma entonces el lugar central dentro de nosotros y hace que todo lo demás gire alrededor de Su Voluntad. Si trabajo, deseo hacerlo agradando a Dios, si educo a mis hijos, deseo formarlos en el amor a Dios, si hago un viaje, busco el modo de crecer en mi fe a través de los lugares que visito. En todo descubro la mano de Dios que me pone las oportunidades de crecer en el amor a El a cada instante.

Jesús, ese día, se apareció a Pedro con la Cruz sobre su hombro. Ya había resucitado y ascendido a los Cielos. Pedro huía de Roma ante la amenaza de ser arrestado por defender al Señor. Jesús le dijo entonces: "¿dónde vas Pedro? Si tú te marchas, yo tengo que tomar tu lugar, con mi Cruz a cuestas". Pedro, sintiéndose morir por ver a Jesús de ese modo, dio media vuelta a sus pasos y volvió a Roma aceptando ser crucificado en nombre de Cristo.

Y tú, ¿dónde vas?