Enrique Galván-Duque Tamborrel
Septiembre / 2007
Con el abrazo de Acatempan y el Plan de Iguala se afianzaron estas condiciones y se establecieron las tres garantías: Independencia (verde), Religión (blanco), Unión (rojo).
Esto se plasmó en un símbolo visible, el primero de México independiente: la bandera. La primera garantía era el ideal por el cual luchaban, una Patria independiente, que se gobernara por ella misma, que tuviera sus propias leyes. El blanco representaba la religión católica, aquella que había sido compartida por los españoles y que había sido ya inculturizada, asimilada y vivida por la gran mayoría del pueblo mexicano. Por último, la unión de todos los grupos sociales, razas y corrientes ideológicas que conformaban la nueva Nación.
Nuestra bandera ha sufrido diversas modificaciones a lo largo de la historia. Estas se centraron en las proporciones de la bandera y variaciones sobre el escudo, dependiendo de la época y del sistema político predominante (por ejemplo en el imperio el águila estaba coronada) aunque en esencia siempre mantuvo al águila.
Con la evolución de la nación independiente, por cuestiones ideológicas y de autonomía el significado de los colores de nuestra bandera han variado. Esto sucedió a mediados del s. XIX debido al secularismo adoptado desde 1857, año en que se promulgó la Constitución liberal impulsada por el gobierno de Ignacio Comonfort y reforzada por las Leyes de Reforma publicadas en 1859 y 1860 por el presidente liberal Benito Juárez García. De esta manera el simbolismo de nuestros colores es hoy en día 3:
Verde
Verde: de esperanza;
Blanco: de unidad, pureza y honestidad, y
Rojo: por la paternidad y la sangre de los héroes nacionales.
Otro significado que ha sido propuesto y usado por algunos intelectuales es4:
Verde
Verde: por el territorio (recursos, montañas, ríos, etc.)
Blanco: por la gente (diversidad étnica, credo, mezcla, honestidad, unidad y pureza)
Rojo: por las dificultades para permanecer como nación libre e independiente.
La bandera tal y como la conocemos hoy en día (también llamada Cuarta Bandera Nacional), fue adoptada por decreto del Lic. Gustavo Díaz Ordaz el 16 de septiembre de 1968, justo el año en que se realizaron las Olimpiadas de México 68. Este diseño fue confirmado por ley el 24 de Febrero de 1984.
Una bandera para todos
"La historia de México no es menos intrincada que su geografía. Dos civilizaciones han vivido y combatido no sólo en su territorio sino en el alma de cada mexicano: Una oriunda de estas tierras y otra venida de fuera pero que ha enraizado tan profundamente que se confunde con el ser mismo del pueblo mexicano. Dos civilizaciones y, en el interior de cada una de ellas distintas sociedades con frecuencia divididas por diferencias de culturas y de intereses. Desgarramientos internos, enfrentamientos externos, roturas y revoluciones. Saltos violentos de un periodo histórico a otro, de una fe a otra, politeísmo al cristianismo, de la monarquía absoluta a la República, de la sociedad tradicional a la moderna. Letargos prolongados y bruscos levantamientos. Sin embargo, es perceptible, a través de todos los trastornos una voluntad que tiende una y otra vez a la síntesis... el nombre de ese proceso es voluntad de vivir5."
Y esa voluntad de vivir de la cual habla magistralmente Octavio Paz, se plasma de forma visible en nuestra bandera, en nuestros Símbolos Patrios que recogen lo más profundo de nuestras aspiraciones como mexicanos. En 1999, el Presidente Ernesto Zedillo con la finalidad de fomentar la unidad nacional, dio inicio a un programa para construir banderas gigantes en el país. Dicho programa, dirigido por la Secretaría de la Defensa Nacional, ha erigido banderas monumentales en varias ciudades y lugares de alto significado histórico para la Nación. Podemos encontrar en la capital de la República varias de ellas, la principal en el Zócalo Capitalino. Esto ha sido imitado y seguido en varias ciudades de todo el país.
Una bandera… ¿para unos cuantos?
En un sistema político que ha sido denominado "dictablanda" que duró 70 años, no es de extrañar que el partido político en el poder (PRI) se adueñase de los colores patrios para hacerlos parte de su logo institucional. La estrategia ofende sin duda a todos los mexicanos que no forman parte de ese partido político y a los que formando parte de el, comprenden que una nación es mucho más que un partido, es el fin para el cual existen los partidos.
Entender que una bandera es un reflejo, un símbolo de una nación y no de una fracción dentro de una nación, sería un signo de madurez política por parte de los priístas que están luchando por la unidad nacional.
Hoy, con la evolución a la democracia y con la urgente transformación que el PRI debe realizar a su interior, si pretende renovarse y mantenerse sólido en el panorama político nacional, sería un extraordinario momento para redefinir el logo y dejar de usurpar colores que no les corresponden.
Construyendo a diario una nación
Es en nuestros niños y en nuestras niñas en quienes estamos construyendo una nueva Nación. Para ello la enseñanza del Civismo, del amor a la Patria y del respeto al Estado de Derecho son temas fundamentales.
Honores a la Bandera, el estudio de la historia de México, del idioma español, son sin duda esenciales para la educación cívica que debemos inculcar en nuestros niños, pero eso aún es insuficiente, pues hay que promover más de fondo el conocimiento de la Patria, la vocación de la misma, el significado y la vivencia de las costumbres, tradiciones, símbolos de nuestra historia.
La Secretaria de Educación Pública, Josefina Vázquez Mota, conciente de la trascendencia de esto, el 8 de febrero pasado anunció que durante el año 2007 se estará trabajando en la elaboración de un nuevo libro de Civismo que cruzará de manera transversal todos los niveles educativos.
Como parte de esa educación cívica que todos los mexicanos de todas las edades debemos cultivar, te invitamos a que envíes un pensamiento de lo que significa para ti nuestra bandera y el compromiso de hacer realidad los ideales que representa.
En yoinfluyo.com, inspirados en nuestros colores nacionales seguiremos impulsando la confianza (verde), la unidad (blanco) y la solidaridad (rojo).
1. Lucas Alamán historiador y político mexicano
2. Manuel Carrera Stampa
3. Marc Junele Hoyos, 29 de Abril de 1998
4. Juan Manuel Gabino Villascán, 4 de Octubre de 2001
5. Octavio Paz
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