Por: Enrique Galván-Duque Tamborrel
Diciembre / 2006
"El gobierno se pone muy difícil a la hora de pedir visas y pasaportes, no quieren que nadie entre o salga, yo no he podido traer a mi familia de allá", fue lo que me comentó un buen amigo que salió como pudo de Venezuela cuando Hugo Chávez llegó al poder.
El polémico presidente de esta nación sudamericana, se ha convertido en ícono de la lucha socialista en la región, aplastando a sus opositores, limitando la libertad de prensa, interviniendo en elecciones de otros países, haciendo fuertes declaraciones contra Estados Unidos, etc. De todo ha hecho este militar.
Hoy Venezuela se encuentra divido en dos grandes bloques económicos, ricos y pobres, esta escisión es directamente fomentada por el gobierno chavista ente la conveniencia de que la gente con menos capacidad adquisitiva existe en mayor cantidad que el grupo contrario, además son un sector mucho menos educado y por lo tanto muy vulnerable a los discursos polarizantes que emite el gobierno bajo la incumplida promesa aspiracional de reivindicarlos en la escala social.
Por otro lado se encuentra un grupo un poco menor de la población, de gente de clase media, con un mayor nivel educativo y opuesta, en su mayoría, a este régimen populista, ya que el propio gobierno los ha tratado como ciudadanos de segunda y pasando por encima de sus bienes y derechos, todo en aras de un socialismo que solo beneficia al propio Chávez. Si realmente creyera en todo lo que predica utilizaría sus petrodólares para hacer una repartición más justa de la riqueza y no para sus intereses personales.
En este marco se da una cerrada elección en la que el presidente venezolano gana con el 61.5% de los votos, contra el 39.5% de su contrincante Manuel Rosales, quién pretendía llegar a la presidencia y disolver el congreso, ya que no existe ningún representante de la oposición en el mismo, debido al sabotaje electoral de 2005. La abstención fue de un 24% del total de posibles electores.
Rosales ha reconocido su derrota y la oposición tratará de reagruparse sin perder el terreno ganado hasta los próximos comicios, si es que Chávez se los permite, ya que ahora se encuentra en el escenario de una sociedad profundamente polarizada, pero con la fortaleza suficiente para obligar la adopción total de políticas socialistas radicales y dejar atrás cualquier pizca de neoliberalismo o libertad (excepto en el tema petrolero, donde su principal comprador es Estados Unidos, su supuesto peor enemigo). En pocas palabras ahora si va encaminado a convertirse en dictador.
Un factor importante que puede permitir este escenario es que el principal adversario de Chávez, el presidente norteamericano George W. Bush, sufrió una gran derrota en las elecciones intermedias de su país y se prevé que su partido deje la Casa Blanca en las próximas elecciones.
Cabe recalcar que la imagen internacional del venezolano ha sido ambivalente, ya que por un lado es bien recibida por sus constantes burlas y quejas en contra de los estadounidenses (quienes no gozan de una buena percepción en el mundo debido a sus constantes guerras injustificadas), y por otro lado hay quienes lo desprecian por su constante política intervencionista en los asuntos de otras naciones. Algunos censores que demuestran la factibilidad de una dictadura chavista, son el endurecimiento de las leyes de libertad de prensa, que limitan sobre manera la acción crítica de los medios de comunicación y permiten que el estado ejerza un fuerte control sancionando con dureza a quienes les critiquen. Por ejemplo está el caso de Napoleón Bravo, denunciado por Reporteros Sin Fronteras, en el que este comentarista criticó al Tribunal Superior de Justicia en su programa "24 horas" (meses antes de que se aprobaran las reformas de regulación de medios de comunicación, por lo que el principio de no retroactividad de la ley fue pasado por alto) y ahora se encuentra sujeto a un juicio que podría meterlo 15 meses en la cárcel.
Además la importante organización pro derechos humanos, Amnistía Internacional (AI), hizo públicas las cifras que demuestran la represión que ha ejercido este gobierno de izquierda sobre sus opositores, por ejemplo: desde el año 2000 más de 6 mil 100 personas han muerto en manos de la policía, en 5,500 incidentes distintos y de los 6 mil policías implicados en estos eventos, 517 fueron acusados, y de estos solo ha habido 250 detenidos. Según AI el 98% de las violaciones a los derechos humanos se mantienen impunes.
Todos estos datos donde se demuestra la represión, la limitación de la libertad, la desaparición de los derechos humanos, la falta de certidumbre jurídica, la cercanía con dictadores antidemocráticos de izquierda (como Fidel Castro) y la acción del estado para mantener un control absoluto sobre la población son factores que demuestran que posiblemente estas sean las últimas elecciones democráticas en Venezuela.
«La vanidad es la gloria de los pobres de espíritu»
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