El Estagirita agrega que hay tipos de amistades:
- La básica que parte del placer o de la utilidad. Serían los llamados "cuates".
- La profunda que se basa en el mutuo deseo de que el otro esté bien. Serían nuestra familia, nuestros mejores amigos y nuestro novio o novia.
Y a veces funcionamos así en todos los ámbitos, hasta con nuestros amigos. La tendencia es cambiar en lugar de luchar.
Estamos acostumbrados a la competencia. Decía Bernabé Tierno que hoy la educación es fundamentalmente selectiva y discriminatoria. Estudiar, aprender no es algo interesante… ¡es competir! Quien logra las marcas, sigue adelante y es valorado; quien tiene problemas es eliminado.
La verdadera amistad que es la base para el noviazgo, parte de la aceptación y del cariño total y necesita como condiciones indispensables:
- Sinceridad: ¡Imagina no compartir lo que pensamos! O engañar, o exagerar, o ponernos máscaras. La sinceridad es un regalo porque es compartir información íntima que normalmente no mostramos a todo el mundo.
- Lealtad: que es una consecuencia evidente de la sinceridad ¿Cómo se puede ser sincero con una persona si sabemos que va a utilizar información en nuestra contra?
Con los amigos tenemos un lazo afectivo especial. Es como si entregáramos nuestra persona. La sinceridad, la lealtad, el cariño y la aceptación tienen que ser de los dos lados, tiene que ser recíproca.
Los ámbitos donde principalmente se consigue este clima de cariño y aceptación a pesar de las diferencias entre las personas son:
1. La familia
2. Los amigos
3. El novio, la novia o la familia elegida.
Todos necesitamos pertenecer a una familia y rodearnos de amigos. (Por eso es preocupante la situación de los niños de la calle, porque, independientemente de lo económico, carecen de los elementos más fundamentales como un hogar)
En la Divina Comedia, Dante Aligheri nos lleva por los círculos del infierno. Conforme descendemos es más grave la falta y por lo tanto peor la pena.
La confianza es algo muy difícil de adquirir y fácil de romper. La decepción que nos puede causar alguien querido es un dolor muy grande. Por eso hay que tratar de nunca hacerle este daño a alguien. Puede ser que lo hagamos sin querer pero nunca a propósito.
La traición es común y tiene infinitas manifestaciones, desde la simple crítica destructiva hasta el engaño. Puede haber muchas justificaciones, pero lo cierto es que hace un daño terrible a la persona querida y a la sociedad en la que la confianza se ha disminuido.
El engaño no deja marcas visibles pero lastima una parte muy importante del ser humano: la confianza. El cariño sólo puede crecer con base en la lealtad, en saber que la persona con quien tenemos lazos especiales nos cuida. Ser amigo verdadero es decirle sin palabras "no te traicionaré".
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