Todos los que, directa o indirectamente, consumimos gas, nos preocupamos por el incremento diario de su costo en el mercado cotidiano. Pero de lo que no sabemos un ápice e, igualmente, no nos preocupa interiorizarnos del porqué, nos resulta fácil echarle la culpa al gobierno pero no sabemos que tan lejos está éste en poder regular su precio y los intríngulis al nivel mundial para controlar su mercado.
Corriendo ya la parte final de la primera década del siglo XXI, cuando 150 naciones tratan de despojar al comercio mundial de los obstáculos que aún impiden su expansión, llega la noticia de que el 9 de abril próximo verá la luz un cartel de los países productores de gas, liderado por Rusia e Irán, para controlar a capricho el mercado internacional.
La reunión constitutiva será en Doha, la capital de Qatar, cuyo nombre lleva la ronda de negociaciones que desarrolla
Como afirmé en este mismo espacio en noviembre pasado, pese a que Moscú lo negaba —lo de mentir es toda una cultura que se enraizó en el Kremlin durante siete décadas de comunismo—, Rusia en verdad estaba trabajando en la creación de este cartel que, a diferencia del de
El Kremlin tiene dos buenas razones para crear la "OPEP del gas". Una es económica: con el 27% del total, Rusia tiene las mayores reservas de gas del mundo y su economía es muy dependiente de los precios energéticos, que generan nada menos que el 25% del Producto Interno Bruto (PIB).
La segunda es política: Moscú quiere recuperar parte del protagonismo geopolítico del que gozó cuando existía Unión Soviética.
En un mundo cada vez más multipolar, con China, India, Brasil, Corea del Sur y México como potencias emergentes, Rusia no se resigna a desempeñar un mero papel de suministrador energético y quiere sacar ventaja a la gran dependencia que tiene Europa de sus hidrocarburos.
El otro país que junto a Rusia ha organizado el nuevo cartel es Irán, que posee el 15% de las reservas mundiales de gas y que busca romper el aislamiento al que está siendo sometido por el desarrollo de su programa nuclear, en vísperas de que
A este nuevo cartel seguramente se unirán Venezuela, Bolivia y Argentina, cuyos presidentes crearon hace poco
En fin, vemos todo un retroceso con la creación de esta entidad reguladora que dominará el 70% de la oferta mundial de gas, que hasta ahora era libre.
Los efectos, sin dudas, serán el encarecimiento de este combustible, que contamina menos que el petróleo y es el de mayor futuro, ya que el costo del petróleo es cada vez mayor, es difícil de refinar y las reservas ya empiezan a declinar.
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