lunes, 23 de agosto de 2010

Agua y municipio


Por: Enrique Galván-Duque Tamborrel

Diciembre / 2007

 

 

Quizá alguna vez nos hayamos preguntado por qué junto a la mayoría de nuestros ríos, lagos y muchas de las concentraciones de agua, principalmente en zonas urbanas, proliferan los asentamientos irregulares y la miseria, a diferencia de los países desarrollados donde sucede todo lo contrario.   ¿Acaso podemos imaginar una casita de lámina descargando aguas negras en el Sena?, ¿o una colonia proletaria asentada junto a el Mississippi?

¿Cuál será la respuesta? En mi opinión, y como teoría, la respuesta está en la falta de definición de lo que es la Nación y lo que a esta refiere, ya que de acuerdo a la ley de Aguas Nacionales, su reglamento y anexas, y a la constitución en su artículo 27, "son propiedad de la Nación las aguas de los mares territoriales en la extensión y términos que fije el Derecho Internacional; las aguas marinas interiores; las de las lagunas y esteros que se comuniquen…;las de los lagos interiores…;las de los ríos y sus afluentes, etc.".   Asimismo, el artículo 115 fracción V inciso i, señala que "los municipios tendrán la facultad para: Celebrar convenios para la custodia y administración de zonas federales".

Y si leemos un poco la ley de aguas Nacionales, nos encontramos con una cantidad de artículos que regulan, sancionan e incluso castigan a las personas ya sean físicas, morales o incluso a municipios que modifiquen cualquier condición existente como lo cita el artículo 119 fracción V: "Ocupar o aprovechar vasos, cauces, canales, zonas federales, zonas de protección y demás bienes a que se refiere el art. 113 de la citada ley", ya sea para bien o para mal, entre algunos de los trámites y estudios de acuerdo a la Ley General del Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente, habrá que cumplir con la manifestación de impacto Ambiental, trámite que depende de la SEMARNAT (Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales).

Dependiendo del caso, el trámite deberá hacerse a través del Organismo de Cuenca Correspondiente, bajo supervisión e influencia de la Comisión Nacional del Agua, así como de las distintas Gerencias del Organismo, debiendo contar con la aprobación de la Gerencia Técnica, y probablemente alguna otra. Y por si fuera poco, existen leyes de Aguas Estatales que, a su vez, le agregan una variable más a la ecuación.

Como vemos, queda claro que hay muchos indicadores, leyes y reglamentos que nos dicen cómo no hacer las cosas. Sin embargo, al momento de convivir con las aguas, nos enfrentamos a otra realidad y volvemos al punto toral de nuestra Nación: "El país crece por capilaridad desde el municipio".

Son los municipios quienes finalmente conviven con lo bueno o con lo malo, quienes cuidan a sus ciudadanos, prestan los Servicios de Limpia, Agua Potable y Alcantarillado, Protección Civil y Bomberos, Desarrollo Urbano, Obras Públicas, etc., y únicamente cuando el municipio lo solicita o no cuenta con la capacidad o el tamaño para hacerlo se recurre al Estado.

Y entonces: "El respeto al derecho ajeno es la paz", pero no la limpieza ni la virtud. Como resultante, los ríos y orillas de algunos lagos y presas han sido invadidos y defendidos por agrupaciones o individuos que amparados en la falta de definición de QUIEN es el responsable de ejercer la autoridad, invaden, se asientan, construyen y comienzan a infectar la zona, ya que al saber que lo que están haciendo está mal, y lo provisional, se vuelve permanente, puesto que al haber sido concebido como temporal, se construye previendo la "remota" posibilidad de que alguna autoridad obligue a su demolición, y al estar mal hecho contagia de fealdad el entorno quitándole valor y brindando enfermedad y desesperanza ya que, por si fuera poco, en casi todos los casos y al estar mal concebido, arrojan sus descargas sanitarias a los cauces que terminan convirtiéndose en basureros y drenajes a cielo abierto.

Y para colmo, aún cuando la Federación ha sancionado, requiere notificar, solicita apoyo cuando no se le permite realizar alguna inspección, ésta recurre a los municipios para solicitar la ayuda de la fuerza pública ya que sin esta, los trámites o sanciones, se quedan en papel.

Sin embargo, el responsable del mantenimiento de redes de agua, suministro, alcantarillado, bacheo, lecturas, facturación, cobranza, etc., es "el Municipio", que a su vez es el responsable del pago de los derechos, aprovechamientos, agua en bloque, descargas, etc. Entonces el municipio tiene "OBLIGACIONES", y desafortunadamente los programas federales como el APAZU (Agua Potable Para Zonas Urbanas), no llegan al Municipio, sino al Estado, y éste a su discreción aplica dichos recursos a las obras que considera como prioritarias. Como este ejemplo, tenemos el fideicomiso 1928, creado entre el Distrito Federal y el Estado de México, pensado para concentrar los pagos de Aprovechamientos por parte de los Estados, para posteriormente realizar obras regionales. Sin embargo, en este fideicomiso no se consideró a ningún Municipio, entonces la cadena se rompe.

Los municipios y principalmente sus administraciones, se deben a sus habitantes, quienes además de tener una responsabilidad legal, constitucional y social, donde la comunidad espera que como retribución al pago de sus impuestos y servicios (AGUA Y DRENAJE), se vea un reflejo en el mejoramiento de la infraestructura local. Triste y extrañamente, el primer responsable es el último incluido en la toma de decisiones centralizadas sin una consulta.

Podemos ver que el problema no es menor, y como propuesta debemos confiar en los Municipios dándoles mayores facultades y transfiriendo los recursos que centralizadamente se ejercen para atacar los muchos problemas en materia hidráulica y de su entorno directamente.

"A los municipios que tengan la capacidad, se les deben delegar facultades y se les deben dar derechos y capacidades tanto para concesionar, mejorar o sancionar".

Como mencioné previamente, el país crece por capilaridad como el pasto. y efectivamente la lluvia cae del cielo, pero las raíces y los nutrientes están en la tierra.

 

 

 


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