Por: Enrique Galván-Duque Tamborrel
Ocrubre / 2007
Cipriano Santos abrió camino para los hispanos en Hewlett-Packard
A los 3 años a Cipriano Santos lo atacó la poliomielitis, pero en vez de estropearle la vida y deprimirlo de por vida, la enfermedad le abrió el camino de las matemáticas y campos de acción insospechados.
A diferencia de la mayoría de chicos de su generación en Ciudad de México, sus héroes no eran luchadores, atletas o artistas, sino Albert Einstein, el autor de la teoría general de la relatividad. Lo que le apasionaba a Pano —como lo llaman sus conocidos— eran las cosas del espacio, los viajes a la Luna, los programas de ciencia ficción.
Aunque él dice que no era muy bueno para las matemáticas cuando chavo, al ver sus inclinaciones un amigo le dio un consejo de oro: "Vuélvete físico nuclear".
No lo siguió al pie de la letra, pero le confirmó que, con una cabeza como la suya, la ciencia era una posibilidad para alguien con su talento y su temperamento.
En esos años Pano conoció a un actuario, un profesional altamente valorado en las agencias de seguro y en las compañías financieras que se encarga de hacer análisis de riesgo y otras operaciones parecidas. Gracias a este contacto, su relación con los números y los logaritmos terminó sellándose.
"Me gustan las matemáticas, pero aplicadas, y este amigo trabajaba para el Instituto de Demografía, donde se dedicaba a hacer cosas fascinantes", recuerda.
Pero aun las mentes científicas tienen necesidad de desplazarse. Siendo muy joven (así como en su momento hiciera el presidente Franklin Delano Roosevelt, atacado por el mismo mal) trabajó con un mecánico y un cuñado con aficiones ingenieriles, y juntos modificaron un automóvil para que él pudiera conducirlo.
"Fue mi primer carro manualmente operado", dice orgulloso.
Tras recibirse de actuario en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) , siguió estudios superiores en Canadá y EU, siempre apoyado por su familia. Terminaba su doctorado en Investigación de Operaciones (IO) en la Universidad de Rochester, Nueva York, cuando su jefe actual, un ingeniero con muy buena posición en Hewlett-Packard lo "descubrió".
Pero antes de ser admitido a HP Santos tenía que pasar la prueba a la que son sometidos todos los aspirantes a trabajar con la compañía.
"Fue un bombardeo. Me entrevistaron 15 personas, una hora cada uno. Es que el filtreo es fuertísimo", recordó.
En 1989 se convirtió en el primer ingeniero mexicano en las filas de esa corporación. Sus colegas son matemáticos aplicados, ingenieros de operaciones, estadísticos y economistas que experimentan y desarrollan sistemas para manejar cadenas de proveedores, niveles de inventario, planeación de producción y asignación de recursos humanos a proyectos.
"Estamos trabajando con nuestros grupos en India: te estoy hablando de un total de ingenieros que oscila entre 10 mil y 12 mil, todos relacionados con servicios".
Cipriano viaja a este país dos o tres veces al año para trabajar con ellos.
La idea de su labor, explica, está relacionada con el cómputo. "Se trata de hacer del cómputo un servicio. Si tú como usuario tienes un requerimiento de este tipo, nosotros desarrollamos unos sistemas que permiten identificar los recursos necesarios".
En 2004, Pano obtuvo el prestigioso galardón que otorga la HEENAC (Corporación Nacional de Premios por Logros a Ingenieros Hispanos) a los elementos más destacados en ese campo. Un año después fue incluido en la lista de los 50 hispanos más distinguidos en Estados Unidos por la revista Hispanic Engineer & IT.
Al mismo tiempo que su posición le reportaba mucho orgullo, el ingeniero mexicano se negaba a ser la excepción, quería que las puertas se abriesen para otros hispanos.
A partir del premio de la HEENAC, Pano se ha involucrado en el desarrollo científico de los hispanos en EU, pues, como él reconoce, estos muestran un desempeño muy bajo en sus distintas disciplinas.
"Estoy trabajando con una fundación para crear competencia en matemáticas. Entre nuestra gente hay muchos niños y jóvenes con habilidades tecnológicas y científicas, pero es necesario que empiecen a plantearse otros modelos. En lugar de ambicionar convertirse en gerentes de McDonald's, por ejemplo, deben apuntarle a un Nobel".
Como parte de sus iniciativas, el ingeniero ha desarrollado un programa para traer ingenieros y matemáticos de México a Hewlett-Packard. Ahora hay tres mexicanos con doctorados y muchos estudiantes técnicos trabajan a su lado.
"México sacó una medalla en la Olimpiada Matemática, donde participan alrededor de 30 mil competidores. Es como un torneo de futbol, los fines de semana te encierran ocho horas a resolver problemas matemáticos y de ahí se escoge a seis. Esa es la experiencia que queremos usar aquí", concluye Pano.
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