sábado, 21 de agosto de 2010

Libertad de expresión

Protagonismo en la Verdad

 

Por: Enrique Galván-Duque Tamborrel

Noviembre / 2997

 

 

El tema da para mucho más. Los filósofos y antropólogos sociales; los sociólogos, los juristas y los comunicadores, por supuesto, tienen todavía mucho que opinar e investigar y ofrecer sesudas conclusiones. Pero para el "ciudadano de a pie"; para quienes somos bombardeados con opiniones divergentes, usualmente contrarias y generalmente ininteligibles al común de los mortales, ¿cómo calibrar el significado de la "Libertad de Expresión" que celebramos el 7 de Junio?

 

¿TODO SE VALE?

 

Aunque no sea punible ¿se vale difamar?; ¿tienen el mismo peso específico la estupidez y la sensatez?; ¿puede calumniarse a alguien en nombre de mi verdad?; ¿se vale, "a contrapelo" de todo mundo, imponerle a los demás una forma de ver a un ser humano de 12 semanas, porque una mayoría legislativa así lo decidió? Parece absurdo el cuestionamiento pero no lo es tanto. Casi a diario vemos escenas como esa y a muy poca gente le preocupan.

 

De entrada, el sentido común nos permite interrelacionar la libertad de expresión con la ética; con la búsqueda y el encuentro con el bien-ser y el bien-estar de quienes nos rodean. El comunicar y comunicarnos nos permite ir al encuentro del otro y esta recurrencia y concurrencia con la verdad, nos hace libres. Por ello el 'feedback' -comúnmente llamado retroalimentación- facilita e impulsa el diálogo evitando los monólogos. Y cuando nos comunicamos con veracidad, con hombría de bien, el emisor y el receptor experimentan un crecimiento recíproco.

 

ATRIBUTOS DE LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN

 

En consecuencia, la libertad de expresión es algo más que un molusco-invertebrado-gaseoso o una telaraña mental esquizofrénica. Es obvio que requiere de algunos atributos.

 

Además de acudir al encuentro con la verdad, la expresión de la libertad impulsa la solidaridad con los demás. Soy libre y por tanto, capaz de comprometerme, de inicio, con los que tengo más próximos y con los que no lo están. En este sentido, el interés económico, político o del público no puede estar por encima de la dignidad de la persona y del bien común.  Esto es, la propia libertad de expresión apunta igualmente a la construcción del orden, del desarrollo comunitario y la paz social, porque está orientada a respetar sin restricciones la dignidad de la persona y de todas las personas.

 

En otras palabras, la Libertad de Expresión, para serlo a plenitud necesita indexarse al principio de responsabilidad. No sólo en términos de "dar respuesta" como sería su acepción primaria, sino como la capacidad de valorar las cosas. Esto supone, por tanto, que las personas con autoridad en la nación tengan la preocupación constante de considerar su compromiso político y social como un servicio a las personas y no como la búsqueda de beneficios para un reducido número de personas, en detrimento del bien común.

 

¿QUIÉNES SON RESPONSABLES?                                                                                            

 

De esta forma, en una línea de congruencia, existe una grave responsabilidad para los gobernantes cuando se trata de escuchar con efectividad el ejercicio de la libertad de expresarse de cada uno de los gobernados. A su vez, las organizaciones intermedias constituyen un termómetro adecuado para los tres órdenes de gobierno. Son un referente indispensable y un interlocutor válido frente al poder público.

 

Es entonces cuando la participación ciudadana deja de ser solamente una tarea de recepción pasiva, limitada a escuchar. El diálogo y los canales de comunicación se ensanchan en favor de la libertad de expresión. Los liderazgos de la sociedad se transforman, asimismo, en voceros que re-alimentan a quienes detentan el poder político.

 

EL ROL DE LOS MEDIOS

 

Esto significa que la "libertad de expresión" como concepto y ejercicio de "común-unión" entre las personas, no es un elemento exclusivo y excluyente cuando nos referimos a los medios masivos de comunicación, aunque hoy día se les otorgue esta característica.

 

No podemos negar que los medios –así en lo general- tienen y asumen intereses políticos, económicos y de poder e influencia social. Esto no debe resultar extraño en una democracia.

 

De aquí la convocatoria: "El llamado a los medios de comunicación de hoy a ser responsables, a ser protagonistas de la verdad y promotores de la paz que ella conlleva, supone numerosos desafíos. Aunque los diversos instrumentos de comunicación social facilitan el intercambio de información, ideas y entendimiento mutuo entre grupos, también están teñidos de ambigüedad".

 

De aquí la trascendencia de la libertad de expresión a través de los medios. Libertad y expresión que no puede estar cerrada a presentar un mundo "monocultural" en nombre del dios rating o del reduccionismo de la nota sensacionalista, amarillista o francamente ennegrecida. Estas son distorsiones que ocurren cuando la industria de los medios se reduce al servicio de sí misma o funciona solamente guiada por el lucro, perdiendo el sentido de responsabilidad hacia el bien común.

 

Cuando hablamos de ética en las comunicaciones sociales, tenemos que puntualizar:"La participación en los medios surge de su naturaleza: son un bien destinado a toda persona. Como servicio público, la comunicación social requiere de un espíritu de cooperación y corresponsabilidad con escrupulosa atención en el uso de los recursos públicos y en el desempeño de los cargos públicos incluyendo el recurso a marcos normativos y a otras medidas o estructuras diseñadas para lograr este objetivo."

 

FINALMENTE USTED Y YO

 

Hoy, usted y yo podemos afirmar que nuestra Libertad de Expresión -para creer, para emprender, para debatir en buena lid e intercambiar puntos de vista- no puede más que estar abierta a la solidaridad generosa y a los valores que hacen posible encontrarnos con los demás.

 

Cualquier cosa en contrario, es fascismo puro y actitudes reaccionarias que deben, de una vez por todas, quedar en el pasado; aunque haya quienes quieren exterminar la libertad en nombre de esa misma libertad. Chávez, Evo Morales, AMLO, Fidel o Marcelo son un botón de muestra.

 

 

 



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