Por: Enrique Galván-Duque Tamborrel
Febrero / 2007
Cuando hablamos de educación desde la perspectiva del Estado existen muchos elementos que se deben tomar en cuenta. Se debe tener una visión general pero al mismo tiempo no perder de vista las implicaciones específicas de las decisiones y analizar en qué nos compete a cada uno de nosotros.
Hoy en día nos enfrentamos a una realidad cada día más palpable, haciendo referencia a Tomas Friedman, la tierra cada día se hace más plana. Las distancias han desaparecido, la información sobre lo que sucede en casi todo el planeta se sabe prácticamente al instante en que se genera, el conocimiento sobre lo que hacen otros es también cada día mas accesible.
Este fenómeno llamado globalización ha generado nuevos espacios, nuevas formas de ver y hacer las cosas, más conocimiento y una dinámica en general que se puede valorar de dos formas: como una amenaza o como una oportunidad.
La pregunta para todos y cada uno de los que vivimos en este planeta y en particular, los que vivimos en este país, es cuál será la actitud con la que abordemos esta "nueva" encrucijada, ¿cómo la vamos a ver?, como un gran reto o como un gran problema que amenaza mi statu quo.
Uno de los puntos importantes que se derivan de esta reflexión es entender cuáles serán los nuevos requerimientos educativos y de formación de todos y cada uno de nosotros frente a esta nueva época. Y hablo de todos y cada uno de nosotros, ya que uno de los fenómenos a los que nos estamos enfrentando es que existe mucha mas información de aquella que podemos aprender en la escuela e incluso en la universidad.
Hoy el aprendizaje requiere que sea un proceso constante y permanente. En este sentido, todos los que por nuestra edad podríamos sentirnos fuera de este reto de seguir aprendiendo debemos hacer conciencia de que es una herramienta indispensable para poder entender y vivir en este mundo. Uno de los grandes retos en lo personal es que la lectura y el aprendizaje se tienen que convertir en un hábito que debe ser para toda la vida.
Si es un reto en lo personal, también es un reto para el Estado mexicano y para todo el aparato educativo encargado de preparar a nuestros niños y futuros profesionistas. En este sentido también, todos y cada uno de nosotros nos volvemos responsables ya que somos quienes tomamos la decisión de votar por un proyecto político que nos ayude a definir nuestro futro. La pregunta de cómo debemos abordar este fenómeno es indispensable, como un reto que vamos a acometer o como un monstruo que viene a quitarnos nuestra soberanía.
Frente a toda esta gran masa de información que no podremos asimilar en toda nuestra vida debemos preparar a nuestros jóvenes de una forma más evolucionada y mucho más eficaz. Hoy hasta el concepto de inteligencia basado en el Coeficiente Intelectual (IQ por sus siglas en inglés) se está derrumbando. De acuerdo a investigaciones que ha realizado Howard Gardner desde el siglo pasado, el ser humano tiene múltiples inteligencias o capacidades que no son necesariamente las que la educación "tradicional" aborda y desarrolla.
El Presidente Calderón ha hecho énfasis en que pretende preparar un país para el futuro. Su propuesta nos parece la más adecuada. Ahora que ha estado abordando el tema de la educación, nos preocupa la decisión de abandonar (por presupuesto) el proyecto de Enciclomedia, que sin duda era uno de los puntales para comenzar a visualizar la educación desde otra perspectiva. Seguramente la decisión viene derivada del "ajuste" que se dio al presupuesto en el Congreso. Por eso el reto de la educación implica a todo el Estado en su conjunto, incluidos los legisladores y los sindicatos.
Los números no mienten, la educación en nuestro país tiene muchísimas áreas de oportunidad, por no decir que vamos muy mal. La peor decisión sería tratar de levantar lo que en teoría debía haber hecho el Estado hace mucho tiempo, lo perdido debe quedar atrás. Este momento de presenta como una gran oportunidad para comenzar a implementar nuevos modelos educativos que preparen a nuestros hijos para enfrentar este reto global.
En el Reporte Global de Competitividad emitido por el WORLD ECONOMIC FORUM (WEF) se señala que la falta de trabajadores calificados es uno de los 10 factores que mayor problema causan a la creación de negocios y ubica a México, con respecto a 125 naciones, en el lugar 71 en capacitación tecnológica; en el lugar 101 en la calidad de educación en matemáticas y ciencias; en el lugar 85 en la disponibilidad de científicos; de ingenieros en el lugar 40; y en el lugar 72 en la incorporación al empleo de estudiantes de educación superior.
Con esta realidad de educación en México, el proyecto y la visión de un país que mire hacia el futuro es irrealizable, a menos que todos estemos conscientes de que el cambio de modelo educativo es indispensable para poder enfrentarlo. Una especial mención a nuestros maestros que deben estar conscientes de que igual que todos, pero especialmente ellos, deben mantenerse al día y en constante aprendizaje, así como el convertir en conflicto –que daña directamente al estudiantado-- cualquier controversia. Es decir, la capacitación debe ser un modo de vivir para poder estar a la altura de la realidad.
Los padres y por ende la familia también tenemos una gran responsabilidad en esta tarea de la educación, ya que el educar no solo incluye la instrucción y el conocimiento, sino también la forma de enfrentar la vida, la capacidad de discernimiento de lo que es verdad o no, lo que es bueno y lo que es malo. Es en la familia en donde se fomentan también los hábitos y el orden, siendo la lectura uno de los principales hábitos que en familia se deben fomentar. De la misma manera la constancia o perseverancia también forman parte de esos hábitos que se forman en familia.
Aunque suene como anuncio de gobierno reiteramos que ¡la educación en México es tarea de todos y cada uno de nosotros!, de forma individual, en familia, hasta todo el aparato del Estado. La clave está en estar dispuestos a responder acometiendo el reto de ser un país con visión de futuro y a ver en el fenómeno de la globalización una oportunidad.
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