domingo, 14 de febrero de 2010

Sucedió un 2 de julio

Por: Enrique Galván-Duque Tamborrel

Enero / 2007

 

Iniciamos un nuevo año, después del torbellino político y pasadas las ineludibles fiestas del final del año 2006, llega una aparente calma que aprovecho para hacer una recopilación de los principales hechos –algunos de ellos inéditos--  del año que acaba de terminar.

 

Las razones y las sinrazones

 

El dos de julio del 2006 será recordado en los anales de la historia de México como el evento más relevante y más significativo que puso a prueba nuestra naciente democracia. A pesar de contar con un proceso con un procedimiento que acelera la información para dar a conocer al vencedor de la contienda electoral, este no pudo dar los resultados definitivos ese día por la tan estrecha ventaja del ahora Presidente Electo Felipe Calderón contra el candidato del PRD y su alianza.

 

A partir de ese momento y a pesar de que era claro todo el procedimiento, muchos mexicanos nos sorprendimos de lo bien que hemos hecho nuestro trabajo, ya que la elección no se agotaba en lo que sucediera o dejara de suceder ese día de la votación. Vimos de forma transparente cómo primero el IFE (1) y luego el Tribunal Federal Electoral siguieron lo marcado por una Ley Electoral que nosotros los mexicanos fuimos construyendo. Gracias a este marco legal finalmente el 5 de septiembre de este 2006 el Tribunal Electoral después de atender todas las impugnaciones y resolverlas confirmó que el proceso estuvo claro y que el resultado fue el mismo del dos de julio. Diversos expertos en la materia, como el Lic. Antonio Prida opinaron que "El ÉXITO de nuestro nuevo proceso electoral fue: ciudadanizar las elecciones, hacer a la autoridad electoral autónoma -que no dependa de nadie- y quitarle facultades discrecionales a la autoridad." (2)

 

"En un sistema democrático como el nuestro, es el pueblo quien elige directamente a sus representantes a través del voto. La legitimidad del ganador se fundamenta, más que en el porcentaje de votos obtenido, en el respeto al libre ejercicio del sufragio y en las condiciones de credibilidad y transparencia de los comicios. Si el respeto a estos principios es corroborado por la máxima autoridad jurisdiccional-electoral del país, independiente del Poder Ejecutivo y de los partidos políticos, entonces tendremos un Presidente legítimo por haber sido electo en el marco de un proceso válido y bajo reglas que aprobaron las principales fuerzas políticas del país desde las reformas de 1990, 1994 y 1996." (3)

 

Aun con toda esta garantía el PRD y sus aliados cuestionando a las instituciones -que fueron creadas también por ellos- reclamaron la existencia de un fraude. De ésta manera decidieron no reconocer la elección presidencial. En su impugnación reclamaron la intervención del Presidente Vicente Fox y del Estado, pero ignoraron la utilización escandalosa de recursos y desvío de fondos desde el Gobierno del D.F. (4) olvidaron que su candidato, al amparo de los impuestos de los capitalinos y usando recursos de forma velada inició su campaña desde que llegó al poder, saliendo todos los días a dar una "rueda de prensa" con el objetivo de estar en los medios, No bastando eso construyó diversas obras con costos inflados, escondiendo mediante un fideicomiso el cómo se usaron los recursos, con lo cual se presume que con ese fondo también se financió su campaña, (5) No siendo suficiente lo anterior, inició programas como el apoyo a los "viejitos" para comprar su voto y convencerlos durante 6 años en una campaña proselitista con uso de recursos de todos los mexicanos y una impunidad total.

 

Sin dejar de reconocer que el Tribunal Electoral hizo observaciones al Presidente Fox derivadas sólo de la impugnación del PRD y sus aliados (6) no podemos dejar a un lado que el PRD también hizo lo suyo en relación a una campaña sucia, de desprestigio y uso del poder público a su favor. Por tanto no podemos hablar de una elección fraudulenta y mucho menos no valida.

 

Un peligro para México

 

A pesar de que la frase "un peligro para México" fue tan desdeñada por algunos electores y que fue parte de la impugnación de la elección por parte del PRD, cada día mas mexicanos que no estaban claros de que así era, se van convenciendo que no solo el candidato del PRD era un peligro para México, sino que derivado de su delirio por el poder que lo ha llevado a autonombrarse "presidente legítimo" ha arrastrado a su partido al desacato total a les leyes, a la violación constante del Estado de Derecho, con lo cual se confirma que también la frase "un peligro para México" se puede aplicar al PRD y a sus aliados. (7)

 

PRD: totalitarismo, anarquía, violencia y desacato

 

Aunque parezca extraño y a partir de "su propia argumentación", sin la base de que ganó la elección el PRD y sus aliados, a partir del dos de julio comenzaron a demostrarle a todos los mexicanos cómo podrían haber sido si hubieran llegado al poder:

 

Primero al amparo del Gobierno del Distrito Federal tomaron en su poder la calle de Reforma impidiendo el libre tránsito de millones de capitalinos, sin importarles las consecuencias, mostrando con esto una decisión autoritaria y totalitaria por parte del Jefe de Gobierno del D.F., precisamente militante activo del PRD, (8)

 

Por otra parte, de forma totalmente anárquica, los que estuvieron apostados en los campamentos hicieron lo que se les pegó la gana sin importar la afectación a terceros.

Adicionalmente miembros del PRD y sus aliados se han visto involucrados en los recientes hechos violentos en Oaxaca con el objetivo de seguir creando un ambiente de "inestabilidad" previo a la toma de protesta del Presidente Electo. No olvidemos que el Líder de la APPO en Oaxaca (Flavio Sosa) es miembro militante del PRD, esto ha sacado a relucir la vocación violenta y ausencia de diálogo para "resolver" problemas sociales.

 

La bancada de senadores y diputados del PRD impidieron que el Presidente Fox

rindiera su último informe de gobierno, con lo cual mostraron con hechos el total desacato a las leyes de nuestro país. Hoy vemos cómo el PRD y en particular los diputados una vez más en una actitud de desacato pretenden impedir, "bajo la teoría del compló en la elección", la toma de protesta del Presidente Electo Felipe Calderón.

 

Sociedad cansada, quiere PAZ

 

Derivado de esta actitud, mucha gente que sí voto y que no voto por el PRD nos han hecho llegar sus comentarios solicitando espacio para mostrarle a este partido que ya está solo y que la sociedad entera está harta de este tipo de manifestaciones de intolerancia, está cansada de escuchar el mismo argumento desde el dos de julio, y cansada de que bajo una posición irreconciliable los diputados del PRD pretendan con recursos del Estado (sus honorarios que pagamos con nuestros impuestos), el gozar de total impunidad para estar llevando a México a un clima de inestabilidad.

 

Nos queda muy claro que cuando uno de los actores, en este caso el PRD tiene una posición irreducible, no basada en hechos, relativizada o subjetiva y que la pone como condición única para dialogar, en realidad no busca dialogar, busca imponer su punto de vista como lo hizo su ex-candidato cuando fue Jefe de Gobierno.

 

Yoinfluyo.com se ha dado a la tarea de crear con base en este reclamo de la sociedad una campaña que le solicita al IFE el que le quite el registro y retire todos los recursos económicos.

 

La campaña tiene un sustento y se fundamenta en las leyes ya que de acuerdo al Código de Procedimientos Electorales, estas son los derechos (artículo 36) y obligaciones de los partidos políticos en México: (artículo 38).

 

De acuerdo al Código de Procedimientos Electorales, el PRD ha gozado de todos los derechos (9) y ha dejado de cumplir con un gran número de sus obligaciones (10):

 

Artículo1. Son obligaciones de los partidos políticos nacionales:

a) Conducir sus actividades dentro de los cauces legales y ajustar su conducta y la de sus militantes a los principios del Estado democrático, respetando la libre participación política de los demás partidos políticos y los derechos de los ciudadanos;

b) Abstenerse de recurrir a la violencia y a cualquier acto que tenga por objeto o resultado alterar el orden público, perturbar el goce de las garantías o impedir el funcionamiento regular de los órganos de gobierno;

p) Abstenerse de cualquier expresión que implique diatriba, calumnia, infamia, injuria, difamación o que denigre a los ciudadanos, a las instituciones públicas o a otros partidos políticos y sus candidatos, particularmente durante las campañas electorales y en la propaganda política que se utilice durante las mismas.

 

 


La vanidad es la gloria de los pobres de espíritu»

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