miércoles, 24 de febrero de 2010

Un Calderón comprometido

Por: Enrique Galván-Duque Tamborrel

febrero / 2007

                                                                                  

El gobierno federal ha prometido que antes de noventa días, contados a partir del 1 de diciembre, un programa nacional de seguridad pública.

 

Consideramos que el programa debería contar con:

• Objetivos Claros

• Metas concretas de reducción del delito, la violencia, el desorden y la impunidad.
• Estrategias y líneas de acción

• Plazos de cumplimiento, cualquiera que sea su duración. Los compromisos sin plazos no son compromisos.

 

Hay propuestas  de varias organizaciones no gubernamentales, como Mejor Sociedad Mejor Gobierno (MSMG)  y Seguridad Justicia y Paz (SJP), para el Programa Nacional de Seguridad Pública y para los Operativos en curso:

• Diferenciar entre metas relativas al abatimiento de la producción y tráfico de drogas y las metas relativas a la violencia asociada directa e indirectamente al narcotráfico.

 

Esta propuesta de hacer esta distinción podría parecer fuera de lugar, pero si tomamos en cuenta que el nivel de violencia asociada al narcotráfico en México es muy superior al de hace 10 o 15 años; y el nivel de narcotráfico en México es básicamente el mismo que había hace 10 ó 15 años. La única novedad significativa es un disparo sin precedentes en el consumo nacional y el tráfico al menudeo.


Podría atribuirse el aumento inusitado de la violencia precisamente al auge del narco-menudeo, pero no hay evidencia suficiente que apoye tal suposición. Gran parte de las ejecuciones siguen asociadas no con la venta al menudeo en las calles de nuestras ciudades, sino a las grandes operaciones de exportación de drogas hacia Estados Unidos, preferentemente.


En Estados Unidos o en Europa, considerados los mayores mercados de drogas del mundo; su consumo, demanda, tráfico o producción no se ha visto afectado por la guerra contra las drogas. Pese a este fracaso histórico, al menos las policías han logrado impedir que la violencia asociada al narcotráfico alcance los niveles de México. Después de todo ni en Madrid, Londres y Detroit, los sicarios de los narcos arrojan las cabezas de policías frente a las comisarías.


Es factible lograr niveles inferiores independientemente del grado de éxito en reducir la producción, el tráfico o el consumo de drogas. Las metas más realistas son las que la propia práctica en México está probando: reducir el nivel de la violencia asociada al narcotráfico.


Los principales parámetros para medir la eficacia de los Operativos en curso como del Programa Nacional de Seguridad son:

• Reducción de  ejecuciones y desaparición de personas

• Captura y Castigo de todos los responsables de estos actos.

 

A la par de esos parámetros está el grado de cumplimiento de las metas de abatimiento de los más graves delitos del fuero común, no directamente asociados al narcotráfico, como los secuestros, los asesinatos, los atracos, el robo de vehículos, la violación o la explotación sexual infantil.


En otro rango, y con resultados a obtenerse previsiblemente a un largo plazo, está la reducción de los puntos ostensibles de venta de droga en las calles, la protección policial a los mismos, la producción, la importación y la exportación.

 

Por otra parte, la decidida acción del gobierno federal contra la violencia desbordada en diferentes zonas del país ya ha dado frutos.


En la capital de Oaxaca, donde un motín se había prolongado por meses, la detención de los principales líderes de las turbas tuvo el efecto inmediato de acabar con la violencia y el desorden.


Hoy los habitantes de la ciudad de Oaxaca empiezan a reponerse de la paralización de diversas actividades económica, el caos, el derramamiento de sangre y la destrucción de propiedades.


En Michoacán y Tijuana las acciones enfocadas a la violencia del narcotráfico y la delincuencia común, que la impunidad favoreció,  han tenido también resultados iniciales tangibles. En ambos lugares han disminuido las ejecuciones, las balaceras en las calles y también el asesinato de policías.

Lo resultados respecto al narcotráfico son menos significativos y varios de ellos difícilmente atribuibles a los recientes operativos.  Las propuestas de MSMG y SJP  para que las acciones del gobierno federal tengan un efecto más benéfico y duradero, es la siguiente:

• Parámetros que permitan evaluar en forma objetiva y consistente los efectos de las acciones.

• Regeneración y Ordenamiento de las fuerzas locales de seguridad pública, que fueron rebasadas por el hampa.

 



 

«La ley disciplina nuestro cotidiano vivir»

 

 



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