miércoles, 24 de febrero de 2010

Un Apocalipsis Maya

 

Por: Enrique Galván-Duque Tamborrel

febrero / 2007

 

 

 Eran pacíficos, sabios y gentiles. Se pasaban la vida observando los astros, haciendo calendarios y profundos cálculos matemáticos. Eran los "griegos" de América, como los mexica eran los "romanos". Según esta visión idílica, los mayas del México precolombino lograron construir una civilización avanzada que se apagó antes de la llegada de los españoles, y estos no tuvieron la suficiente visión y/o inteligencia para reanimarla.

 

El desciframiento de los grifos mayas, sin embargo, nos indica que la realidad es más compleja que la tradicional visión idílica de los mayas. Ahora sabemos sus nombres, sus preocupaciones, sus intereses y modos de vida de una manera tan completa como nunca antes en la historia. Palenque, Tikal, Copán, Bonampak, Piedras Negras, y multitud de ciudades mayas han develado ante nuestros ojos su vida cotidiana, sus miserias y grandezas. Y una historia de enormes claroscuros.

 

Al lado de los notables avances astronómicos y matemáticos, está una visión implacable del poder y la guerra, que obligaba a cada aldea, pueblo o ciudad, a entrar a una lógica ineludible de conflictos y rivalidades sin fin. Conquistar o ser conquistado, era el dilema. La victoria sobre los otros se traducía en imposición de tributos, consistentes en riquezas y prisioneros para los sacrificios humanos, necesarios para honrar a los dioses y complacer a la élite dominante compuesta de sacerdotes-guerreros, intermediarios imprescindibles entre las divinidades y el pueblo común. Muchas de las historias plasmadas en piedra sobre estelas colocadas en los centros ceremoniales relatan sobre todo conquistas, matanzas y dominaciones, genealogías de gobernantes y sus principales hazañas.

 

Ahora sabemos que un cambio climático ocurrido entre el año 800 y el 900 de nuestra era provocó devastadoras sequías en la zona maya del período clásico. Las sequías trajeron hambre, el hambre provocó caos, el caos llevó a la guerra civil y el exterminio de sus dirigentes. Finalmente las ciudades fueron abandonadas a su suerte, magníficos palacios y templos fueron devorados por la selva.

 

 

Cuando los españoles llegaron a la zona maya en el siglo XVI, sólo encontraron ruinas del antiguo mundo maya del período clásico. Un dramático Apocalipsis maya.

 

 

 

 

 



 

«La ley disciplina nuestro cotidiano vivir»

 




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